Cuando usamos mal el aire acondicionado en primavera o en verano, lo que pasa es que el cuerpo sufre cambios bruscos de temperatura. Tú sales a la calle, estás a 35 grados, sudando como un pollo, y de repente entras en casa, en la oficina o en el coche y te encuentras a 21 grados con el chorro de aire dándote de lleno. Eso al cuerpo no le sienta nada bien: resfriados, dolor de garganta, mocos, sensación de nariz taponada, incluso contracturas musculares o tortícolis porque los músculos se quedan fríos de golpe. También puede resecar mucho los ojos y la piel, porque el aire acondicionado quita humedad del ambiente.
Con la calefacción en invierno pasa algo parecido pero al revés: si la pones demasiado alta, vives en un ambiente demasiado seco y caliente. Eso hace que tengas la garganta irritada, tos seca, sangrado de nariz por la sequedad, y otra vez la piel como papel de lija. Además, si luego sales a la calle y hay cinco grados, el cuerpo sufre un choque térmico que lo deja más vulnerable para pillar catarros o gripe.
Lo ideal en ambos casos es no exagerar con las temperaturas: en verano tener el aire a unos 25 o 26 grados es más que suficiente, y en invierno con 20 o 21 grados dentro de casa se está de maravilla. También ayuda ventilar un poco todos los días para que el aire no se quede viciado.
Y ya que preguntas por lo de purgar un radiador: es un proceso muy sencillo que sirve para quitar el aire que se acumula dentro. Si tienes aire dentro del radiador, no calienta bien porque ese aire bloquea la circulación del agua caliente. Lo que haces es: con la calefacción apagada, coges un destornillador pequeño o una llave especial para radiadores y lo metes en el purgador, que es como un tornillito que hay normalmente en un lateral arriba del radiador. Lo giras despacito y empieza a salir aire haciendo un “ssssss”. Esperas hasta que en vez de aire empiece a salir un chorrito de agua. En ese momento lo cierras rápido y ya está. Ojo, que suele gotear un poco, así que conviene poner un vasito o un trapo debajo para no manchar.
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