domingo, 31 de agosto de 2025

Las lobotomías.


La lobotomía fue una de las prácticas médicas más controvertidas del siglo XX. Se trataba de una cirugía psiquiátrica que consistía en cortar o lesionar fibras nerviosas de los lóbulos frontales del cerebro con la esperanza de aliviar síntomas de enfermedades mentales como la esquizofrenia, la depresión o la ansiedad severa. La idea partía de la convicción de que muchos trastornos tenían su origen en “circuitos defectuosos” y que al interrumpirlos se lograría la calma del paciente.

El procedimiento fue desarrollado en 1935 por el neurólogo portugués António Egas Moniz, con la colaboración del cirujano Almeida Lima. En su momento fue recibido como un avance revolucionario y en 1949 Moniz recibió el Premio Nobel de Medicina por “el descubrimiento del valor terapéutico de la leucotomía en ciertas psicosis”. Sin embargo, lo que se consideró un triunfo científico se transformó con el tiempo en uno de los episodios más criticados de la historia de la psiquiatría.

El auge de la lobotomía en los años cuarenta y cincuenta fue impresionante. En Estados Unidos, el neurocirujano Walter Freeman popularizó una variante llamada lobotomía transorbital, en la que introducía un instrumento parecido a un picahielos a través de la cuenca del ojo para acceder al cerebro. El procedimiento podía realizarse en pocos minutos y Freeman llegó a practicar miles de ellos, convencido de estar ofreciendo alivio a personas desesperadas. Pero la realidad fue muy distinta: si bien algunos pacientes parecían más tranquilos, muchos otros quedaban con secuelas devastadoras. Apatía, pérdida de iniciativa, incontinencia emocional, incapacidad para vivir de manera independiente e incluso la muerte fueron consecuencias frecuentes.

Uno de los casos más trágicos y conocidos fue el de Rosemary Kennedy, hermana del futuro presidente John F. Kennedy. Rosemary había tenido dificultades de aprendizaje desde pequeña y en la adolescencia mostró cambios de conducta que su padre, Joseph Kennedy, interpretó como una amenaza para la reputación de la familia. En 1941, con apenas 23 años, fue sometida a una lobotomía en un procedimiento experimental. El resultado fue catastrófico: Rosemary perdió casi por completo la capacidad de hablar, quedó con movilidad muy reducida y dependió de cuidados constantes el resto de su vida. Nunca volvió a integrarse a la vida familiar. No hubo castigo legal para los médicos ni para su padre, porque la lobotomía era entonces un tratamiento aceptado por la comunidad médica. Pero el daño fue irreparable y marcó profundamente a los Kennedy. Décadas después, su hermana Eunice Kennedy Shriver canalizó esa experiencia en la creación de las Olimpiadas Especiales, como una forma de reivindicar la dignidad de las personas con discapacidad intelectual.

El de Rosemary no fue el único caso famoso. Howard Dully, un estadounidense que fue lobotomizado en 1960 a los doce años, relató en un libro autobiográfico las secuelas de aquel procedimiento que le practicó Walter Freeman. La hermana del dramaturgo Tennessee Williams, Rose Williams, también fue sometida a la cirugía y quedó incapacitada de por vida, una tragedia que inspiró parte de la obra literaria de su hermano. A estos nombres se suman decenas de miles de pacientes anónimos en hospitales psiquiátricos de Europa, Estados Unidos y otros lugares, muchos de ellos intervenidos sin un consentimiento real.

La lobotomía empezó a declinar en la década de 1950 con la llegada de los primeros fármacos antipsicóticos, que ofrecían una alternativa mucho menos invasiva y con mejores resultados. A medida que se conocieron sus secuelas, la comunidad médica comenzó a cuestionarla, y finalmente quedó desacreditada y casi completamente abandonada en los años setenta. Hoy se la recuerda como un ejemplo de cómo la medicina, en su afán por ofrecer soluciones rápidas, puede infligir daños irreversibles cuando se carece de suficiente evidencia y de un marco ético sólido.


 

La Carta de Hawai tiene relación con este tema, aunque de manera indirecta.

La llamada Carta de Derechos de las Personas con Discapacidad Mental fue adoptada en 1981 en Honolulu (Hawái) durante el Congreso Mundial de la Asociación Mundial de Psiquiatría. Surgió como respuesta a décadas de abusos en el campo de la salud mental: internamientos arbitrarios, tratamientos forzados, falta de consentimiento informado y, entre ellos, las prácticas irreversibles como la lobotomía y ciertas formas de electroshock aplicadas sin control.

La Carta no menciona específicamente la palabra lobotomía, pero rechaza de forma clara cualquier intervención médica o quirúrgica sin consentimiento informado del paciente, salvo en situaciones excepcionales muy reguladas. También subraya el derecho a la dignidad, a recibir atención en el entorno menos restrictivo posible y a tener acceso a información clara sobre los tratamientos. En el espíritu de este documento, prácticas como la lobotomía quedarían descartadas como violaciones graves de los derechos humanos.

En cierto modo, puede decirse que la Carta de Hawái es parte de la reacción ética y profesional que enterró definitivamente la lobotomía. Después de su auge y posterior descrédito, la psiquiatría internacional necesitaba fijar principios para garantizar que nunca más se repitieran intervenciones tan dañinas y sin el consentimiento adecuado.El recuerdo de tragedias como la de Rosemary Kennedy, y de miles de pacientes anónimos sometidos a lobotomías, resonó con fuerza décadas después cuando la psiquiatría internacional decidió replantearse sus fundamentos éticos. En 1981, la llamada Carta de Hawái proclamó los derechos de las personas con discapacidad mental, entre ellos el derecho al consentimiento informado y a la dignidad, dejando claro que ninguna intervención médica debía repetirse sin la voz y la voluntad del paciente. Aunque no menciona de forma explícita la lobotomía, el espíritu de la Carta condena prácticas irreversibles e invasivas realizadas sin garantías, y representa un intento de cerrar definitivamente una de las páginas más oscuras de la historia de la medicina.

 


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