
La sociedad egipcia era esclavista, pero la mayor parte de los esclavos domésticos eran bien tratados. Algunos, como José, hicieron carrera y se convirtieron en mayordomos. Los prisioneros de guerra no tuvieron tanta suerte. Los llamaban "muertos vivos" o "vivos para matar". Eran destinados a las minas de oro de Nubia, donde las condiciones resultaban infrahumanas.
En el Libro de los Muertos el difunto aparecía ante una corte de dioses menores a los que tenía que jurar que no había inflingido ciertas normas. Uno de esos juramentos era:"No perjudique a un esclavo ante su amo".
Algunos hombres libres se vendían o arrendaban a sí mismos como esclavos, porque la legislación autorizaba a los esclavos a tener sus propios sirvientes, y en tiempos de penuria, comían con más regularidad que los hombres libres.
Vayan al Social Antzokia y vean La corte del faraón.
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