domingo, 24 de mayo de 2015

El galeón ballenero San Juan emerge del mar.

Península del Labrador; 1565. Los temporales del Mar del Norte se han adelantado y han sorprendido al galeón San Juan, botado dos años antes en el puerto guipuzcoano de Pasajes,cargado de grasa de ballena y a punto de partir para Europa, fondeado en Canadá. Casi todos sus tripulantes descansan en tierra firme después de una campaña dura en alta mar. Todos rezan para que el buque no garree en su fondeadero y resista. Pero el mar esimplacable, y hunde la nao, de 25 metros de eslora y 7 de manga, con tres cubiertas y cinco botes balleneros. Desplazaba 200 toneladas y precisaba para navegar la colaboración de 60 marineros.
Los balleneros vascos consideraban esta nave el mayor carguero capaz de cruzar el Atlántico en 1565, y cazar las ballenas francas australes. Los balleneros desarrollaron diversas técnicas de caza, como perseguir a las crías en los grupos familiares sabedores de que los padres, incapaces de abandonar la cría, se pondrían antes o después al alcance de los arpones. La ballena franca era elegida como presa favorita porque acumulaba mucha grasa y tendía a flotar después de muerta, lo que facilitaba su despiece. Cuentan que entre 1517 y 1662, los pescadores de Lekeitio pescaron 45 ballenas.
De las ballenas francas los europeos esperábamos obtener tres cosas; las barbas con los que se fabricaban los corsés y los armazones de la ropa femenina; los huesos, con los que fabricábamos muebles, y su carne, muy apreciada en Francia. La grasa se utilizaba en la iluminación como combustible porque no desprendía humos ni malos olores.
La perdida de la nao San Juan y su millar de barriles de "sain" o grasa de cetáceo derretida equivale a 7 millones de euros actuales.
En 1978, Parcs Canadá, una agencia dedicada a proteger los bienes culturales y medioambientales del país norteamericano envían a Red Bay al arqueólogo Grenier. Tras 14.000 horas de nmersión a 10 metros de profundidad se hizo un mapa aproximado de dónde estaba cada remache de este prodigio de la tecnología punta del siglo XVI.
Albaola es una asociación decidida a defender el patrimonio marítimo vasco. Su último proyecto es construir, con las antiguas técnicas de los carpinteros de ribera, el San Juan. Los muelles de Ondartxo, en Pasajes, puerto de salida de la nave original, serán el lugar donde el público verá como seconstruye el carguero del siglo XVI. Los bosques de Sakana (Navarra) ofrecen 200 troncos de roble, el pueblecito de Quintanar de la Sierra (Burgos) aporta el alquitrán de pino para calafatear la madera, y otras localidades de la región están olaborando.
Albaola tenía la ilusión de que la nao se botara en 2016, coincidiendo con la capitalidad de la Cultura Europea de San Sebastián, pero los retrasos acumulados, no harán posible la botadura hasta 2017, cuando el tráfago haya terminado.

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