BILBAO SE CONVIERTE EN EL LONDRES DEL SIGLO XIX PARA EL RODAJE DEL NUEVO FILME DE LOS CREADORES DE "LOREAK".
Simones y landós circulan por las calles nevadas, figurantes con capa y chistera o vestido largos con polisón...¿Estamos en The Serpentine de Londres durante la época victoriana? !NO! Estamos en la calle peatonal Arbieto (Bilbao), donde se erige la majestuosa fachada posterior de la sede foral, donde los decoradores han creado un trasunto de la capital del Imperio Británico para los directores Jon Garaño y Aitor Arregui, responsables del rodaje de las escenas de "Altzoko Handia".
La película cuenta las aventuras de un granjero vasco, Miguel Joaquín de Eleiztegui (1818-1861), conocido en las capitales europeas como el Gigante de Altzo por su estatura de 2, 42 metros.
Además de Bilbao el rodaje ha transformado los pueblos de Vitoria y Bayona e el Madrid y el París de 1850. En total, el rodaje se realizará en un total de 30 localizaciones diferentes. Se han buscado por toda Europa una flota de coches de caballos, difíciles de reunir incluso para una producción de época, y cuyo precio duplica el de un automóvil actual nuevo.
La mayor dificultad residió en encontrar al actor amateur que interpretara al famoso Gigante de Altzo, porque nadie puede ser actor profesional y medir 242 centímetros de altura. Lo interpreta Eneko Sagardoy. Las escenas que tiene que salir el personaje de cuerpo entero las hace el jugador de baloncesto argelino Sad Kaiche, que con su 2,32 metros es el segundo hombre más alto del mundo.
"Teníamos muchas ganas de llevar al cine este simpático personaje, tan
popular en la zona de Tolosa, donde los niños de Primaria se quedan
alucinados con el tamaño de sus guantes y su sombrero, piezas que se
conservan en el Museo de San Telmo de San Sebastián", dice Aitor Arregui..
El personaje.
Miguel Joaquin de Eleiztegui (1818-1861) medía 2, 42 metros en una época y en un país donde la media estaba en 1,65 metros. Se ocupó del caserio de su padre y no se consideró extraño hasta que empezó a bajar a Tolosa con un carretón de leña para venderla. Su simple presencia provocaba sensación. Su cabeza podía verse por encima de la parte posterior del carretón cargado de madera.
La familia vio oportunidad de negocio cuando un tratante de la ciudad habló de presentar a Miguel Joaquín en las cortes de Luis Felipe de Francia, de Isabel II y de Victoria. El Gigante de Altzo viajó a esos países pero se cansó cuando el mismo promotor empezó a decir que debía casarse sin mediar sentimiento amoroso alguno con una mujer también muy alta. La familia estuvo de acuerdo con su decisión.
Miguel Joaquín terminó sus días haciendo las labores de la granja, vendiendo leña semanalmente en Tolosa y jugando al tute en su localidad, donde era aceptado, admirado y querido. Murió de complicaciones de salud relacionadas con su estatura en 1861.
PARA VER:
El trailer de HANDIA (grande, en vascuence)
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