Un documental presentado por el Zinelmaldia relata las conversaciones de Eguiguren con Otegi. Diez años de fracasos, esperanzas y anécdotas.
EL FIN DE ETA comienza con la imagen de Jesús Eguiguren portando el féretro de Juan María Jauregui, el gobernador civil de Guipuzcoa, asesinado por ETA en 2000. "Solo he llorado una vez por un atentado: en 1984, cuando mataron a Enrique Casas", confiesa el político socialista en la cinta. Los políticos de los años de plomo estaban tan endurecidas por las continuas bajas que realizaba la banda armada entre sus filas que no había tiempo para las lágrimas. Enseguida empezaban a pensar cómo se lo dirían a la viuda y a los hijos del asesinado, y en preparar el funeral.
La película se centra en las negociaciones entre Jesús Eguiguren y Arnaldo Otegi en boca de sus protagonistas y que se entienden hasta el 20 de octubre de 2011, cuando la organización anunció a las 20.00 de la tarde el cese definitivo de la violencia. El realizador inglés afincado en España Justin Webster se entrevista con el lehendakari Urkullu, con las víctimas, con los presos, con el juez Garzón, mandos Policiales y de la Guardia Civil, los exministros de Interior Jaime Mayor Oreja y Alfredo Pérez Rubalcaba, al que Eguiguren rendía cuentas de sus avances.
Entre las poderosas imágenes del filme con guión de los periodistas Jose María Izquierdo y Luis Rodriguez Aizpiolea sobresale la imagen de Maixabel Lasa y la del comando que asesinó a su marido, Ibon Etxezarreta, hoy arrepentido, observando en silencio un monólito en honor a las víctimas.
"Ibon es ahora otra persona distinta del Ibon de hace 16 años", constata Lasa.
Los héroes de esta película son Eguiguren y Otegi, que se enfrentaron a sus respectivas fuerzas políticas por un objetivo común.
Estamos en 2000, una época en que los tiros en la nuca y los coches bomba no son el pan habitual, como en los días de plomo de ETA. Pero el terrorismo se ha "socializado". Eguiguren es un político socialista harto de "ministros que venían de Madrid, repartían palmadas en la espalda y regresan a Madrid, que es donde estaban sus principales intereses".
El caserio Txillabe de Elgoibar fue el escenario elegido para los encuentros, con la mediación del casero, Peio Rubio, que también cocinaba para los dos interlocutores. El primer día Eguiguren le dijo a Otegi: "Nos hemos hecho mayores, Arnaldo. ¿Vamos a dejar esto para la siguiente generación?"
Y los dos hablan, sin dar cuentas a sus partidos. Otegi piensa por primera vez que 829 muertos desde 1968 son demasiados. Eguiguren piensa en lo cruel que puede resultar la política de dispersión de presos para las familias.
Pasase lo que pasase, el diálogo y las negociaciones no debían terminar, aunque de hechó se asesinó durante las mismas a Fernando Buesa. El 11 de marzo de 2004 ETA descubre que ya no están en el panorama de los 70. Los más de 100 muertos indiscriminados el el atentado de la Estación de Atocha, a manos de Al Qaeda, sugieren que frente a esa brutalidad visceral y primaria, los etarras parecen hasta civilizados, de otra época, con otros códigos.
Las conversaciones son "caricaturizadas" dentro de un contexto de humor gélido por Borja Kobeaga en la película NEGOCIADOR. En esta película Josu Ternera es caracterizado como "el típico vasco estirado". Su sucesor en la negociación directa con la banda, Thierry, está todavía más caricaturizado, aunque se ha suavizado la escena en que exige un teléfono para negociar personalmente con el presidente Zapatero, "o convertimos España en otro Vietnam"
Para ver:
El trailer de NEGOCIADOR. (De nuevo)
https://www.youtube.com/watch?v=hvxugR-fe4c
Para ver:
El trailer de NEGOCIADOR. (De nuevo)
https://www.youtube.com/watch?v=hvxugR-fe4c
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