viernes, 16 de junio de 2017

El Ministerio del Tiempo y Trasmoz, el pueblo maldito.

El Ministerio del tiempo ha interceptado una de las cartas que Gustavo Adolfo Becquer mandó desde su celda del Monasterio de Veruela en 1864, donde ha ido a curarse la tuberculosis. Es una carta que oficialmente ni existe ni ha sido publicada nunca, en la que cuanta que ha conocido a una muchacha con fama de hechicera, Mencía.
Desgraciadamente el siguiente paso en la vida de Gustavo Adolfo Becquer es viajar a Madrid para trabajar como censor, y la Patrulla a sido enviada a Trasmoz para asegurarse que lo haga. Tendrá que enfrentarse a una conspiración de brujas.

Un poco de Historia:

Una de las causas de este caso de brujería fue el hecho de que el Segundo Conde de Aranda, Pedro Miguel entrase en conflicto con su hermano Luís, sin derecho a título, por una cuestión de riegos. También el tira y afloja entre el monasterio de Veruela y los condes de Aranda llevó a que la Iglesia lanzase una excomunión colectiva a los lugareños por acuñar su propia moneda para no tener que pagar diezmos a la Iglesia. A día de hoy, ningún Papa la ha revocado. En Trasmoz se celebran misas católicas y se consagran los sacramentos pese a todo.
Sí hay constancia de la existencia de brujas en la región. Se puede citar a la Tía Casca, de la que da noticia el escritor romántico Gustavo Adolfo Becquer. Cuenta que esta mujer se escondía entre las matas de las cimas para saltar a los pies de los caminantes y tratar de arrojarlos al vacío. Temeroso sde que las autoridades eclesiásticas relacionasen estas hechos y las actividades adivinatorias de Casca con la excomunión del siglo XIII, fue oportunamente linchada. Aunque dejaba a su hermana y a una hija jovencita a cargo de sus negocios de adivinación.
En la serie se muestra un aquelarre, que en realidad era una fiesta donde se adoraba a la fuerza creadora de la naturaleza, en forma de fertilidad de los campos o de potencia sexual de los animales y las personas, como la forma de adoración al diablo en forma de macho cabrío que sólo existió en la mente de las autoridades seglares o eclesiásticas. Esta idea se mezcló por sincretismo con otras de cariz cristiano, lo que fue un caldo de cultivo nefasto. El hecho de que no hubiera demasiadas distracciones, y el deber de tener unas vidas muy reglamentadas, llevaron al mito de las brujas en lugares como Trasmoz o Zugarramurdi.
Las actuales brujas se dedican a practicar una religión neopagana llamada wicca, con una escatología concreta y sin ningún tipo de proselitismo. También, como sus antiguas y perseguidas antecesoras, veneran los ciclos naturales. Creen que hay una fuerza espiritual en todo lo que vive, así que todo es digno de respeto.
En cuanto a Mencía es una de los principales misterios de la Historia medieval y moderna española, ya que aparece en cuadros  pintados cada 177 años, con el mismo aspecto, una cuerda de nueve puntas en torno al cuello - atributo de las brujas-. ¿Es una viajera del tiempo real? ¿Qué nos quiere comunicar con este despliegue? Hay una realidad que trasciende, sin duda la nuestra, y aventurarse por ahí no solo puede ser inconveniente sino también ser peligroso, si no estás preparado para hacerlo.

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