martes, 2 de enero de 2018

De cómo los europeos colonizaron el Pacífico.

El HMS Bounty se ha convertido en el barco de exploración más notorio de la Armada Inglesa. Su capitán, William Bligh, en lo más parecido al demonio con uniforme de oficial naval. El 28 de abril de 1789, después de zarpar de Tahití, con un cargamento de esquejes del árbol del pan, un grupo de marineros, liderados por Fletcher Christian, se amotinaron por razones en las que entraremos después y obligaron al capitán a abandonar el barco junto con sus leales y a navegar por medios precarios hasta el puerto de Batavía.
Un año antes, en 1788, un grupo de presos de todas las edades y de ambos sexos, vieron conmutada su pena de muerte por robo a la de destierro en Australia, en la que sería la primera colonia penal del mundo.
En su nuevo libro, PARAÍSO ENCADENADO, la historiadora Diana Preston relaciona estos dos acontecimientos con la llegada de los europeos al Pacífico Sur y cómo se acabó la tranquilidad en aquel rincón tan aparentemente pacífico que inspiró a filósofos como Rousseau.

EL MOTÍN DEL HMS BOUNTY HA ESTADO MUY PRESENTE EN EL FOLCLORE Y SE HAN RODADO VARIAS PELÍCULAS SOBRE EL TEMA. ¿ERA BLIGH EL MONSTRUO SÁDICO, AMIGO DE LOS CASTIGOS A LATIGAZOS QUE RETRATAN ESAS PELÍCULAS?

Ningún capitán de la Armada conservaría el mando si fuera el sádico retratado en esas películas. El propio Almirantazgo se aseguraría de ello. Pero el motín no fue gratuito. Bligh disfrutaba humillando verbalmente a sus hombres frente al público. A pesar de todo, sólo hubo una flagelación durante el tiempo que él estuvo al mando.
Christian y Bligh fueron amigos durante el viaje a Tahití, hasta el punto que Fletcher Christian fue nombrado segundo oficial. El muchacho, porque Fletcher era una persona joven e inestable, deseosa de elogios con los que apuntalar su seguridad en sí mismo, escribía a su familia diciendo que "había cogido el punto al viejo Bligh".
Ya en Tahití, Fletcher se emparejó con una nativa a la que llamaba Isabella. Los marineros descuidaron sus obligaciones de airear las velas y hacer labores de mantenimiento a bordo. Bligh y Fletcher tuvieron varias amargas discusiones al respecto.
Los marineros no sentían una animadversión especial con Bligh mayor que con otros oficiales, pero incidentes como los de obligar a silbar y a cantar a los cocineros del HMS Bounty para asegurarse de que no se comían las pasas de un pastel y otras ocasiones en que Bligh humilló a los marineros o fue injusto con ellos sin necesidad, les hicieron simpatizar con Christian. Cuando Bligh acusó a su segundo de a bordo de robar un queso, el motín estalló.

PASEMOS A OCUPARNOS DE AUSTRALIA. AUNQUE A VECES SE DISCUTEN LOS HECHOS, PARECE QUE DURANTE EL DESEMBARCO DE LOS CONVICTOS EN PORT JACKSON (LA ACTUAL SYDNEY) HUBO UNA VIOLACIÓN DE MUJERES EN MASA.

Al principio la colonia iba a estar en Botany Bay, pero el gobernador Phillip, una especie de alcaide y militar, no encontró adecuado el emplazamiento. Así que desembarcaron en el actual Sidney.
Primero desembarcaron los presos masculinos y los infantes de marina para construir un campamento de tiendas de campaña. Cuando las mujeres llegaron a tierra estalló una tormenta y los oficiales de la colonia penitenciaria estuvieron demasiado ocupados protegiendo los víveres y otros efectos de supervivencia importantes como para controlar a los marineros y los presos. Un testigo habla de una batahola de hombres persiguiendo a las chicas, muchas de ellas deportadas por prostitución, tirándolas al suelo y separándoles por la fuerza las piernas.
Phillip no castigó a nadie por ello directamente, pero apartó a las mujeres y dijo que cualquier hombre que se encontrara cerca de su campamento sin una orden expresa sería castigado con los azotes y otras medidas duras.

¿CÓMO ERAN LAS RELACIONES CON LOS ABORÍGENES DE LA REGIÓN?

Hubo una diferencia entre la forma en que veían los europeos a los polinesios y la forma en que vieron a los nativos australianos. Los polinesios eran agricultores y marineros. Era una forma de vida que los europeos podían comprender. Los aborígenes australianos eran cazadores recolectores y para los presos y responsables militares de la colonia de Port Jackson eran poco menos que alimañas.
Uno de los focos de conflicto era el concepto de propiedad. Un aborigen podía dejar unas pieles o útiles de pesca en un lugar, ausentarse dos horas, y saber que otros aborígenes las dejarían allí y no se las llevarían. Pero muchos de los colonos de Sydney estaban en la colonia por robo, y necesitaban esas cosas.
Cuando los nativos australianos los atacaban exigían castigos por parte del gobernador. Phillip era un adelantado a su tiempo y no les hizo caso. Capturó a unos nativos jóvenes para instruirles en los usos y costumbres europeos. Cuando Phillip volvió a Inglaterra se llevó con él a uno de ellos, Bennelong, muy querido entre los niños de Port Jackson, para presentárselo al rey Jorge III.
Bennelong se dió a la bebida, de vuelta a Australia, porque sentía que ya no pertenecía a su mundo, y era tratado como un segundón por los colonos. El desarraigo mata.

OTRA INCREÍBLE HISTORIA ES LA MARY BROAD, BRYANT DE CASADA. SE EVADIÓ CON SUS HIJOS DE LA COLONIA PENAL Y FUE PERDONADA, ¿VERDAD?

Los convictos trajeron semillas y ganado con la idea de que la colonia floreciera, pero no fue así. Port Jackson era un sitio donde la causa más probable para la muerte de un niño era la desnutrición. Y las flotas con más convictos no dejaban de llegar. Más bocas que alimentar.
Mary Broad estaba preocupada por sus hijos y decidió que lo mejor era evadirse con ellos antes que enterrarlos. Encabezó un pequeño grupo de prisioneros que robó el cúter del gobernador y recorrieron durante 69 días la costa este de Australia hasta desembarcar en Timor. Los hombres usaron las armas robadas a los infantes de Marina para defender sus vidas de los aborígenes durante las expediciones en busca de caza y agua dulce.
Por su hazaña, los presos evadidos fueron indultados y enviados de vuelta a Inglaterra, tras haber recorrido 3.254 millas naúticas. Maty Broad escapó de la horca y terminó sus días en Fowey, un puerto de pescadores de la costa de Cornualles.
Los botánicos se sorprendieron cuando ella les mostró una hoja de vid con la que hacían una especie de "té dulce", que hoy se conserva en el Departamento de Botánica de la Universidad de Yale.

¿CÓMO TERMINÓ EL ASUNTO DE LA BOUNTY?¿SE SABE ALGO?

El Almirantazgo mandó varias naves de guerra a la zona para buscar a los amotinados y ahorcarlos. De hecho, una de esas naves, el HMS Pandora se hundió en aguas australianas, junto con algunos amotinados que se quedaron en Tahití.
Christian y sus seguidores huyeron a Pitcairn, otro archipiélago. Los marineros llevaron a algunos hombres polinesios y a sus "esposas" nativas, entre ellas Isabella.
En Pitcairn intentaron dirigir los asuntos de la isla y los nativos se rebelaron. No se sabe si en una de las escaramuzas cayó Chrintian o si simplemente se suicidó, llevado por su carácter inestable o por la pérdida de control de la situación. Los pocos supervivientes aprendieron a destilar alcohol, y eso los mató a todos en peleas y accidentes estúpidos, menos a uno: el carpintero de a bordo John Adams.
En 1808, una nave norteamericana, el Topaz, pasó junto a la isla. La tripulación se sorprendió de que los nativos, casi todos muchachos adolescentes, les saludaran en un inglés perfecto. Adams había convertido una colonia de mujeres y adolescentes, hijos de la unión de los marineros de la HMS Bounty con las nativas, en una colonia cristiana y bien organizada. Nadie pensó en Adams como un amotinado, y mucho menos en castigarle.
Era 1808. Había partido de un mundo sumido en el Antiguo Régimen, y ahora los marineros estadounidenses le hablaban de un tal Bonaparte y de principios nuevos. El mundo había cambiado y olvidado a la vieja HMS Bounty.

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