sábado, 10 de noviembre de 2018

EL CAPITÁN y los desertores durante el nazismo.

Quien combate en el frente puede morir; quien deserta, debe morir.

Esta máxima es empleada por Hitler en MI LUCHA y fue aplicada al pie de la letra por los tribunales militares alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Se estima que 30.000 soldados alemanes fueron sentenciados a muerte. De  ellos 23.000 fueron ejecutados. En el bando angloestadouidenses solo se ejecutó a un desertor, el estadounidense Eddie Slovik. Drante la Primera Guerra Mundial los alemanes solo ejecutaron a 48 desertores.

Una de las razones de esta violencia fue la leyenda de la "puñalada en la espalda" que produjo la derrota en la contienda anterior. Las tropas alenanas estaban luchando en territorio francés, por lo tanto Hitler difundió que habían sido los políticos socialdemócratas y no las castas militares las que habían proporcionado la humillación de la derrota. Los oficiales habían sido indulgentes con los soldados y los civiles en los casos de sedición en el frente o de deserción.

Otra causa es na mitología ideológica que ensalzaba la figura del soldado, el guerrero ario, hasta unos límites más propios de las sagas nórdicas que de soldados del siglo XX. Los que no querían ( o no podían) encajar en ese cliché eran repudiados como malos alemanes.

La ejecución de desertores o de soldados por faltas disciplinarias se utilizaba en 1940 como arma disuasoria contra las tropas. A medida que Alemania iba siendo cercada por las tropas aliadas, aumentaron las deserciones y los oficiales echaron mano del terror para fingir que sus tropas eran todavía capaces de mantener alejados a los invasores.

Con la desnazificación del país los desertores que habían sobrevivido a la contienda esperaron que se conmutaran las penas pero siguieron siendo detenidos y procesados hasta 2002. Tras esto está la mentira de que la Werhmactch ni había participado en crímenes de guerra ni colaborado con los nazis mas que a regañadientes. Los conservadores creían que si se limpiaba el expediente de los desertores como víctimas de un régimen cruel eso dejaría a los soldados que habían colaborado e incluso muerto por el régimen de Hitler como vulgares colaboracionistas.

La falta de archivos- destruidos por los bombardeos o quemados por los jueces militares alemanes- hacía imposible saber qué soldados colaboraron en los crímenes de guerra. Se revisaron los archivos pero no se comutaron las penas. El proceso debía realizarse caso por caso, no fuera que escapase sin castigo quien no lo mereciera.

En 2002 las fuerzas progresistas y  la Federación de las Víctimas de la Justicia Militar Nacionalsocialista, consiguieron el levantemiento de todas las penas y la indemnización de todos los que fueron encarcelados o de las familias de los que murieron ejecutados por deserción.

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