La nueva violencia sexual.

Aún desayuna colacao, va al pediatra, se le están cayendo los útimos dientes de leche y no tiene DNI, pero ya consume pornografía. Y no tiene nada que ver con las revistas de mujeres desnudas o los vídeos VHS que los adolescentes nos intercambiabamos en los 1980 y 1990. El "porno" que se consume en Internet es a la carta, con escenas más largas, de menor presupuesto y más variadas: sexo oral, anal vaginal, con milfs de más de 50 años, con jovencitas que cumplieron los 18 la semana anterior, lésbico, hetero, onanista, con juguetes, con eyaculación femenina ( squirt lo llaman), etc...

Los psicólogos y los criminalistas están preocupados por la influencia que estas escenas gratuitas puedan tener en unos jóvenes que aún no han empezado a tener sus propias experiencias con las chicas, y que tengan problemas para distinguir entre realidad y ficción. Aumenta el número de chicos adolescentes implicados en agresiones sexuales, en particular violaciones "en manada".

En 2016 una de cada diez implicados en agresiones sexuales era menor de edad. Sin embargo, su implicación en agresiones sexuales grupales es mucho mayor: de los 334 autores de las 96 agresiones recogidas por la página Geoviolencia Sexual, 77 aún no se afeitaban; es decir, uno de cada cinco.. La última violación en grupo denunciada- aún en investigación- ocurrió en el carnaval de la localidad sevillana de Gines, donde cuatro hombres disfrazados abusaron de una chica de 17 años. En 2018 hubo cinco violaciones al día, un 23 por ciento más que en 2017.

Salvo sus padres, que creen que es algo que hacen los hijos de los demás,el 40 por cianto de los jóvenes entre 10 y 17 años ven porno regularmente. "Los adolescentes no son tontos. Saben que la pornografía es ficción, pero no tienen muy claro dónde está el límite. Es como cuando estás en un restaurante y no sabes qué cubierto utilizar:miras a tu alrededor, a ver qué hacen los demás", explica la sexóloga y bloguera Ana Lombardía en su página Sexo en la Piel. El problema es que a su alrededor hay más adolescentes tan desinformados como ellos, y miles de videos porno, que no pretenden educar a nadie, sino excitar.

Mirando estos vídeos los chavales acaban imitando a los hardeurs en técnicas difíciles y escasamente placenteras. También apreden valores, y no precisamente buenos. En el cine porno estan ausentes las caricias, la seducción y el afecto, y a menudo las mujeres son cosificadas, penetradas aquí y allá y tras el orgasmo masculino, no hay nada. No hay un "¿Qué tal estás?" después o un "¿Qué prefieres que hagamos?" antes.

La Regla 34 de Internet indica que si existe como práctica sexual existe pornografía sobre el tema, y que si todavía no la hay, es porque están a punto de colgarla. Las páginas web como Pornhub o XVideos no cobrar por usar sus servicios sino porque el internauta pase más y más tiempo viendo sus contenidos pagados con derechos de exhibición de publicidad de casas de alterne y contactos, por lo que recurren a escenas largas e hiperrealistas. Las medidas de seguridad para que no entren menores son ridículas como preguntarles si lo son. Obviamente el menor responde que sí y accede al contenido.

Lo que ven incluye sexo sin preservativo; escasas, por no decir, ninguna, alusión a posibles embarazos o enfermedades venéreas; tirones del pelo; agarrar fuerte del cuello a la chica; introducirle a la fuerza el pene en la boca, con lo que en algunas películas puedes escuchar sus arcadas; taparles la nariz durante la felación, con lo que hay que estar muy mentalizada para no morder el falo de ese cabrón; eyaculación en cara,ojos y pelo, que es algo que tu novia no te va a permitir; eyaculaciones en grupo sobre una chica arrodillada (bukkakke), etc...Tambiés es posible acceder a vídeos donde una chica es penetrada mientras está borracha, drogada o dormida. Hay una escena de sexo en grupo en el que una enferma "paralizada" es penetrada por un grupo de médicos que bromean y la insultan mientras ella grita.