Hay dos interesantes propuestas para llevar al cine los atentados contra las juventudes del Partido Laborista de Noruega el 22 de julio de 2011. Una la firma Paul Greengras y la otra Paul Poppe, un cineasta noruego. La propuesta europea se proyectará en las escuelas de Secundaria de Noruega y Alemania. El terrorista, un fanático de la extrema derecha, Anders Breivik, pretendía purificar el país contra el Islam, la multiculturalidas y las ideas marxistas representadas por los 77 cachorros de la izquierda que mató en la isla de Utoya, tras un atentado sin éxito contra el Primer Ministro en Oslo.
Para rodar su película Poppe ha contado con el asesoramiento de Ingrid, Martin y Kristoffer, tres supervivientes de la matanza. Los tres han recibido apoyo psicológico para poder contar con la mayor veracidad posible lo que sucedió.
INGRID:
Cuando subió al transbordador para la isla de Utoya, donde se celebraba el campamento deverano de los laboristas, se encontró con Breivik. Llevaba una bolsa alargada de deporte. Lo que no sabía en esos momento Ingris era que dentro llevaba un fusil de asalto y munición.
Observó como Mónica Boise, la responsable del campamento, lo recibía, junto con los dos guardias de seguridad de la isla. Breivik dijo que se trataba de un policía enviado desde Oslo y que su principal misión era mantener a salvo a los chicos. Luego liberó el fusil de su funda y mató a Mónica que subía una cuesta por delante de él de un disparo en la espalda y dos en la cabeza. Los dos vigilantes de seguridad fueron la segunda y la tercera víctima de la jornada.
Ingrid salió corriendo y se escondió entre unos acantilados en el otro extremo de la isla. Pronto tuvo on ella a otro chico que había tratado de huir de Utoya a nado. Los dos escucharon a Breivik llamar a los chicos ocultos diciéndoles que era un policía de Osolo y que no tenían nada que temer y disparar a 13 chicos que se escondían en una caseta de almacenaje.
KRISTOFFER:
Es uno de los que intentó - y logró- huir de Utoya a nado. También es el de mayor edad, porque tenía 23 años en el momento de la masacre.
El 22 de julio vio entrar a Anders Breivik en la cafetería y pedir que se reunieran a su alrededor los chicos porque tenía que informarles acerca del atentado de Oslo. Derribó a los que se acercaron de una ráfaga de disparos. Kristoffer se desmayó por la visión de sangre.
Cuando recuperó el conocimiento lideró a causa de la mayor edad un grupo de chicos y se refugieron en una caleta. Kristoffer propuso abandonar la isla a nado, ante lo que tuvo que escuchar objeciones como que el agua estaba demasiado fría y que había fuertes corrientes. Kristoffer y algunos chicos empezaron a nadar.
El chico no se había quitado el pantalón, que empezó a hundirle. "No voy a morir a manos de ese cabrón", pensó: "Voy a morir ahogado".
Breivik llegó a la caleta y disparó con otros chicos que todavía estaban discutiendo dónde esconderse. Tenían camisetas de colores chillones que destacaban contra el blanco de los guijarros de la playa. "No tuvieron la manor oportunidad", se lamenta Kristopher.
Cuando llega al embarcadero de la población más cercana, Kristoffer descubre que los dos policías locales están esperando refuerzos y que el equipo de asalto está discutiendo con los lugareños porque su lancha de desembarco se ha ido a pique y no se animan todavía a confiscar una nave civil. Desde el comienzo del ataque con la muerte de Mónica hasta la detención de Breivik han pasado 72 minutos. Extrañamente una de las policías más preparadas del mundo tarda en cruzar un brazo lacustre de 600 metros 35 minutos.
MARTIN:
Martin había oído rumores como todos los demás acerca del atentado en el centro financiero de Oslo y escuchó los primeros disparos pero no les dio la mayor importancia. Salió de la cafetería de Utoya y se puso a pasear al descubierto. Cuando vio en el camino a su amiga Ina, de 15 años, trastabillando y sangrando, decidió que la situación era real.
Martin, hijo de un médico, cogió en volandas a Ina, la escondió en el bosque, y le hizo un torniquete con su cameseta. Pronto fueron un grupo de ocho chicos escondidos entre los helechos tras un arbusto. Vieron a Anders Breivik pasar y llamar a los chicos escondidos para que salieran a descubierto. Uno de los chicos le hizo caso y lo mató al instante. Después ya no cupieron dudas de quien era el cazador y quienes las presas.
Martin llamó a su padre, un médico, para contarle la situación, despedirse de él por si acaso, y pedirle un último consejo. El padre le dijo que salvase a los que pudiera. Salvó la vida de Ina, que era lo único que le fue dado hacer.
BENEDICHTE.
Esta chica cruzó con su madre una serie de mensajes que fueron usados como prueba contra Breivik. Se despidió, preguntó varias veces porque no llegaba una lancha rápida o un helicóptero de la Policía y grito cuaando una bala de Anders Breivik le destrozó el movil y el cráneo. Murió en el acto.
Nota:
Los tres supervivientes se han prestado a asesorar a adolescentes durante el rodaje porque creen que el fantasma de la extrema derecha no es, en Noruega, algo que no mucho menos se haya dormido con la detención de Breivik. Muchos supervivientes, con secuelas físicas y psicológicas, reciben anónimos de amenaza cada vez que el Partido Laborista noruego hace algo que no gusta a los de la extrema derecha.
Creen que las nuevas generaciones deben precaverse contra las ideologías de extrema derecha que están usando el populismo en Grecia, España, Noruega, Suecia, Alemania, Dinamarca. Italia, Francia, Brasil y Rusia.
PARA VER:
Trailer EL ATENTADO DEL SIGLO: UTOYA, 22 DE JULIO, de Erik Poppe.
https://www.youtube.com/watch?v=Kucbq-42tbQ
22 DE JULIO, la propuesta de Paul Greengrass para Netflix:
https://www.youtube.com/watch?v=ZVpUZGmHJB8
PARA VER:
Trailer EL ATENTADO DEL SIGLO: UTOYA, 22 DE JULIO, de Erik Poppe.
https://www.youtube.com/watch?v=Kucbq-42tbQ
22 DE JULIO, la propuesta de Paul Greengrass para Netflix:
https://www.youtube.com/watch?v=ZVpUZGmHJB8
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