domingo, 17 de noviembre de 2019

Visitamos el Templo de las Ratas.

Deshnoke es un remoto pueblo de 19.000 habitantes situado al oeste de la India, muy cerca de la frontera con Pakistán. Acoge el Karni Mata, un templo en el que peregrinos llegados de todos los rincones de la India presentan sus respetos a más de 20.000 ratas, habitantes del Templo. ¿Por qué este culto?

Las ratas en el hinduísmo son veneradas y apreciadas porque representan la abundancia y la fertilidad. Se cree que Krishna envió a las ratas a la tierra para establecer un vínculo con los hombres y para que se alimentaran de ellas.

Otros animales sagrados en el hinduísmo son los monos, considerados los representantes vivientes de la divinidad Hanumán, que representa la lealtad y la fuerza. Los elefantes representan a Ganesha, dios de los imposibles, y el tigre es el símbolo nacional del país.

El Templo de Karni Mata empezó a construírse hace 600 años en honor a la diosa hindú Durga, pero no llegó a completarse hasta comienzos del siglo XX. Erigido con elementos arquitectónicos mogoles (1526-1858), el recinto está protegido por una muralla y coronado con una fachada de mármol y dos espléndidos portones levantados por su Excelencia el Maharaha Ganga Singh (1880-1943).


El templo recibe a los curiosos y visitantes desde las 5:00 hasta las 20:00. El turista debe descalzarse y seguir a rajatabla las indicaciones de los monjes sobre lo que puede o no hacer, porque se trata de un lugar abuerto al culto. Los zuecos especiales paa evitar pasar entre los excrementos de las ratas se alquilan por 10 rupias.

Entrar y mirar es gratis, pero para poder hacer fotografías hay pagar un suplemento de 30 rupias. Los peregrinos hacen cola pacientemente y llevan alimentos como ofrenda a las ratas que se adquieren bajo pago en la entrada. Nadie tiene miedo. Todos quieren estar cerca de su diosa y esperan pacientemente su turno de rezo y adoración. Las salas de oración no están abiertas al público y los monjes te pueden requisar la cámara si tratas de hacer fotos de gente orando a Krishna. El que avisa no es traidor.

Hay varias versiones del origen de este mito. Una de ellas es que la diosa Durga, la esposa del dios Shiva se reencarnó en una mujer que vivió en e siglo XV en Karni Mata. Uno de los hijos de Karni murió ahogado, así que la mujer imploró al dios Yama, señor de los muertos, que lo resicitara. El dios se negó aduciendo que no podía hacer excepciones. Y Karni decidió reencarnar en ratas a todos sus familiares para privar a Yama de las almas de su familia.

Otra de las versiones sostiene que un ejército de más de 20.000 hombres desertó del campo de batalla y se acantonó en Deshnoke. Karni Mata les evitó una muerte deshonrosa a manos del verdugo si se encarnaban en ratas para toda la eternidad. Para muchos peregrinos esas ratas son los soldados cobardes redimidos por la compasión de la diosa Durga. Esta diosa representa la destrucción que da paso a la regeneración.


Las ratas se mueven con total libertad por el recinto sagrado, corretean entre las piernas de los fieles, y se escabullen por los orificios que comunican los salones de oración. Los peregrinos llegan a considerar que compartir los alimentos que las ratas han probado antes es un honor, por lo que suelen beber leche de los mismos cuencos que los roedores.

Los turistas occidentales debemos tener cuidado en caso de que el cuerpo de una rata nos roce o se nos sube encima. No hay que lastimar a los animales. Hay que mirar donde ser pisa y ser muy consciente que en el Rajastán herir o matar una rata puede exponernos a multas, azotes o incluso a encarcelamiento. Las ratas suelen evitar a los visitantes, por lo que algunos pueden visitar el templo sin ver una sola. Y eso que son 20.000.

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