El Ministerio del Tiempo y el cine de Almodóvar.

Pacino y Lola Mendieta deben viajar hasta 1981 con dos propósitos: averiguar por qué puerta se ha colado una intrusa que está desbaratando la Historia en la época de Felipe IV, y conseguir que Pedro Almodóvar consiga financiación para su segunda película LA LEY DEL DESEO y conozca a su actor fetiche: Antonio Banderas.

Un poco de cine:

Almodóvar se traslada a Madrid a finales de los 70 para estudiar cine pero se encuentra con que el centro docente en que pensaba hacerlo está cerrado. Pero se las arregla para producir y filmar con 500.000 peseta PEPI, LUCY Y BOOM Y OTRAS CHICAS DEL MONTÓN, su ópera prima.

Como el mundo de los directores de cine es muy duro tiene que trabajar durante doce años como ordenanza de Telefónica para poder tener unos ingresos regulares. Pero bebe como fuente de inspiración de esa ola transgresora, contracultural y liberadora que fue la Movida Madrileña, con su revolución sexual tardía. Por esa época cantaba en clubs nocturnos punk rock con Fabio Man Namara canciones como QUIERO SER MAMÁ, y allí conoció a Carmen Maura, la que sería su actriz fetiche y estrenaria lo de ser lo que en el cine español se llama "una chica Almodóvar".

El cine de Almodóvar es un puñetazo contra el plexo solar de los valores burgueses tradicionales porque muestra el mundo, los modos de relacionarse del subproletariado. Su cine está plagado de homosexuales desgarrados, cosas del mundo femenino - Almodóvar creció en una familia donde había más mujeres que hombres- y personajes en el extremo. Referencias de sus películas son usadas en trabajos posteriores de una forma plena. En LA FLOR DE MI DESEO vemos que la protagonista, la escritora de folletines románticos Amanda Gris, habla de una historia donde un hombre intenta violar a su hija adolescente, ella se defiende y lo mata, y la madre lo mete en una nevera que entierra por ahí. Esa misma idea se desarrollaría en VOLVER.

Se le ha acusadode trivializar cosas como la pederastia en la Iglesia (LA MALA EDUCACIÓN) o sugerir que la violación es un trance más de la vida de una mujer, algo que puede pasar y ya está (KIKA).