domingo, 31 de mayo de 2020

¿Para qué sirve un oso?

Ver un oso pardo es casi imposible, tanto que pese a su tamaño, se han convertido en auténticos espírtus del bosque. Quedan solo 190 en la Cordillera Cantabrica y 25 en los Pirineos. Aunque han aprendido a esconderse de los seres humanos, con esta película no pasarán inadvertidos. La película ¿PARA QUE SIRVE UN OSO?, protagonizada por Gonzalo de Castro y Javier Cámara, está dispuesta a enseñarnos estas joyas de la Naturaleza.

"Mañana salgo a cazar el oso", anunció el  abuelo a toda la familia. El nieto había aprendido en clase que los osos eran animales feroces, incluso que hubo uno que mató a un rey de Asturias, Favila. Pero el niño se sentía tranquilo. Donde el rey Favila había muerto, su abuelo, el mejor pescador de salmones y cazador de Asturias, triunfaría.

El abuelo pisteó al oso con la ayuda del guardia forestal. Se había colocado contra el viento pero el oso se volvió y miró a la pareja de humanos con curiosidad antes de alejarse. El abuelo pensó que era el animal má bonito que había visto, y le contaría más adelante a su nieto que allí mismo supo que sería incapaz de matar un oso pardo.

La anécdota es real, de un abuelo ingeniero de minas. Poco después se prohibió la caza de osos en nuestro país y la espeie se salvó poco a poco de una extinción que parecía más que anunciada.

En dos generaciones los osos pardos se han convertidos en espíritus del bosque caducifolio. Pocos los han visto en Asturias, Galicia, León o Palencia o en el País Vasco francés. Unos prodigiosos sentidos del oído y del olfato les permiten tomar la delantera y esconderse de los siempre imprevisibles humanos.

Peró ahí siguen. Reliquias de cuando eran los reyes de la cornisa cantábrica, son los mayores depredadores de la Península Ibérica. Glotones omnívoros, de cuando en cuando matan una res o asaltan unas colmenas, lo que les pone en el punto de mira de los cazadores, que se sienten con permiso para mandar al otro mundo al oso problemántico antes de que pierda el respeto a los seres humanos y sus cosas.

Por fortuna, la Fundación Oso Pardo y el FAPAS están al quite, y pagan los desperfectos que los osos organizan ocasionalmente.

¿Para que sirven?, le preguntaron un día a Félix Rodríguez de la Fuente. Este contesto: "Para nada. Como el Museo del Prado. Son nuestro patrimonio viviente".

Para ver:
https://www.youtube.com/watch?v=5MMVHh9aMgA 

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