En La India viven 1.100 millones de personas, con una gran diversidad de paisajes, religiones y grupos étnicos.
-¿Puedes contarnos en qué consistió la Revolución Verde y por qué es la base del problema?
Punjab es el granero de la India y el lugar donde se lanzó la Revolución Verde en la década de 1960. Las semillas y los pesticidas se distribuyeron gratis a con tasas subsidiadas. Fueron muy productivos durante los primeros años.
Las semillas crecían salvajemente pero necesitaban excesiva agua. En 2000 los pozos de las aldeas estaban secos y los pocos acuíferos que pesistían estaban contaminados por la escorrentía agrícola. La tasa de cáncer en el Punjab es también superior a los promedios de las zonas urbanas de La India o internacionales. Esa es la herencia de la Revolución Verde.
La India ha lidiado con hambrunas en tiempos tan recientes como 1943, poco antes de la Independencia de 1948, pero ahora hay granjeros que se están cuestionando los métodos y los presuntos beneficios de esta revolución.
Durante tus investigaciones para hacer este libro te encontraste con un Hombre de la Lluvia.
Bueno; se llama Rajendra Singh y era un activista. Trató de fundar escuelas y centros médicos, siguiendo las tesis humanistas de Mathama Gandhi. En una aldea de Anwar, el anciano del pueblo, le dijo que todo eso estaba bien, pero que nada era sostenible en la aldea sin agua. Tenía que convencer a los lugareños de la casta sudra para que construyeran johads.
¿Qué es un johad?
Es una pequeña presa de control hecha de piedras o tierra.En lugares con pluviosidad limitada que cae en momentos concretos, intenta atrapar al agua formando pequeños charcos y estanques. El agua se filtra y repone los acuíferos. De lo contrario, el agua se escaparía y se evaporaría debido a la erosión.
Otra reformadora es Moushine Serrar. ¿Puedes hablarnos de ella?
Es una activista de origen marroquí. Con su compañía, ha estado desarrollando estufas prakti. Son estufas de leña que ahorran combustible. Pueden quemar biomasa, residuos agrícolas o madera seca.
Dices en tu libro que los pesticidas están acabando con la población de buitres y haciendo que los campesinos de Punjab tengan problemas con las reses muertas.
En la década de 1990 los buitres eran tan comunes como loos cuervos, pero en 2000 había muerto envenenados el 99 por ciento.
Si hay una vaca muerta los hindúes no la aprovecharan porque sus restricciones religiosas les prohíben hacerlo. Los musulmanes tampoco lo harán porque no ha sido sacrificada del modo correcto por un matarife ritual. Los parsis necesitan a los buitres para que devoren los cadáveres de sus seres queridos en lo que llaman "entierros celestiales".
Los buetres están siendo envenenados colateralmente por un pesticida llamado diclofenalo, que es un antiinflamatorio leve, como elibuprofeno. Los seres humanos lo habían estado tomando dirante décadas con pocos efectos secundarios. Pero si un buitre devora una carroña de vaca tratada por diclofenalo, desarrolla insuficiencia renal y muere.
Se prohibió el diclofenalo en 2000, pero la gente lo sigue usando. Es muy difícil que un campesino de La India deje de hacer algo si lo ha estado haciendo durante generaciones.
También presenciaste un ritual funerario en el que se usa un turbante en el Rajastán.
Sí; fue en la comunidad de los johads. Un hombre había perdido a su padre y los vecinos lo animaban anudando al turbante del hijo trozos de tela blanca con dinero, que se envolvían hasta que el deudo del fallecido nopodía levantar la cabeza. La ceremonio concluyó cuando el turbante mide 1,20 centímetros de ancho y 18 pulgadas de altura. La gente ayuda al hijo a ponerse en pie. La multitud canta y ya no se disuelve hasta el crepúsculo.
Es una metáfora del peso que todos llevamos. Hay un peso terrible al peder al progenitor porque su hijo hereda todas sus responsabilidades con su comunidad y su casta.
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