La cinta es de 1996, si no lo he entendido mal. Siempre he recomendado cosas que yo mismo iría a ver, que me han gustado, pero con esta película haré una excepción. Los personajes son infantiles, los productores parecen ignorar en qué país viven y la película es cruel con las mujeres que tienen que desnudarse y hacer pole dance para ganarse la vida.
Eryn (Demi Moore) es una antigua archivera del FBI que tiene que ganarse la vida como bailarina exótica tras perder su empleo. Un trabajo estable es lo que le permitirá quitarle la custodia de su hija de corta edad del infantiloide e irresponsable de su marido. El trato con uno de sus clientes, un vicioso congresista judío, más infantilizado que su marido la lleva a implicarse en una trama policial de corte político.
La película falla en varias cosas. En primer lugar, la trama policiaca está desdibujada. Lo único que vemos son lo adolescentes que parecen por mentalidad las compañeras de Eryn y lo perversos que son los clientes. De los clientes puedo decir que conocí a un habitual de los prostíbulos de Bilbao que encajaba en ese perfil, así que no es imposible, aunque ya que permitan a uno de estos personajes ser congresista es política ficción.
Una stripper, una chica de peep show, una gogó o incluso una prostituta son más inteligentes que lo que se nos muestra en la cinta. Necesitan serlo para sobrevivir en un mundo donde solo tienen su cuerpo y hasta eso se puede volver un factor en contra. Muchas tienen personas como ancianos y niños de la edad de la hija de Eryn a su cargo, por lo que ya deberían estar lejos del perfil infantil de la edad del pavo.
Otra cosa que no es realista es que los servicios sociales y de proteción a la infancia fallen a favor de una stripper. No es nada personal. Sencillamente el ambiente no es el adecuado. Aparte que Demi pudo haber planteado la batalla de la custodia con un trabajo en el servicio doméstico o como camarera. No ganan mucho pero están menos expuestas a situaciones extremas peligrosas para una niña.
Cuentan que Hollywood quería explotar lo de las películas con reclamo erótico y una de las pocas actrices que se prestaban a esos papeles era Demy Moore ( en realidad se llama Demetria, pero eso no vende en las listas de reparto). La Moore se acababa de operar los pechos y pensó que era una buena idea mostrarlos en un papel de stripper. A los 200 extras masculinos no se les pagó nada porque en palabras de la propia Demi Moore verla bailar en bragas ya era bastante premio. Eso animó a los extras bastante a armarla en el set. La escena tuvo que repetirse con el club nocturno vacío.
Así que Demi representa un perfil de trabajadora sexual que existe y que es muy poco cinematográfico. El de la aventurera oportunista y pagada de sí misma que va a arramblar con lo que sea aunque el precio sea su propia cabeza a largo plazo. Real como la vida misma.
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