Los primeros colonos de los Estados Unidos exportaron la figura del sheriff desde Inglaterra. Se supone que era una especie de alguacil, equivalente a la Guardia Civil española, cuya misión era recaudar impuestos, representar al Gobierno en las disputas judiciales de poca estofa y detener a los criminales hasta que los magistrados se encargasen de decidir qué hacían con ellos.
En el Oeste, una sociedad decadente desde que surgió como tal, algunas de las primeras comunidades eran tan sencillas y precarias, que apenas necesitaban a nadie para que mediase en sus disputas. Pero a medida que el Oeste iba ganando en complejidad, el derecho natural de las personas iba a entrar en conflicto con las reglas establecidas. Y allí sí que era necesario un alguacil.
PATRICK FLOYD GARRETT.
Se crió en una plantación de Louisiana de la que huyó para ser cazador de búfalos. Tras demostrar su habilidad con el Colt y el rifle, se metió en una disputa con otro cazador de búfalos, al que mató. Tuvo que huir hacia Nuevo México, donde se instaló en Fort Sumner.
Tras defender los intereses de los pequeños propietarios por los derechos del agua en Alamogordo en lo que se vino a llamar la Guerra del Condado de Lincoln, fue elegido sheriff. Su principal cometido fue detener, o si era imposible, matar, al vaquero renegado y antiguo compañero de lucha, Billy el Niño. Lo hizo cuando estaba desarmado.
Al principio Garrett fue muy popular entre los habitantes de Nuevo México acomodados, tanto que escribió unas Memorias. Pero luego la gente mitificó la época en que Billy el Niño y él habían luchado por los pequeños propietarios y cayó en desgracia. Murió durante un conflicto de lindes en 1908.
WILLIAM BARCLAY MASTERSON.
Este sheriff era canadiense aunque sirvió como ayudante del sheriff para Wyatt Earp en Wichita (Kansas).
Le gustaba pasearse en calesa y vestir como un dandy, pero no nos engañemos, era letal con las armas. Sirvió en las ciudades más conflictivas de la frontera y se tiene buen recuerdo de él, aunque era un poco vanidoso. Su otra gran pasión era el juego del faro. De hecho, si Barclay Masterson aceptaba el puesto peligroso de sheriff o marshall (policía municipal) de una ciudad era porque podía jugar en sus tiempos libres.
En pleno siglo XX lo encontramos en Nueva York como periodista deportivo especializado en el mundo del boxeo.
WYATT EARP.
Un sheriff podía ser un ciudadano honrado en su condado de residencia y ser considerado poco menos que un cuatrero en el de al lado. Eran hábiles con las armas y eso era lo que deseaban los ciudadanos respetables que les pagaban, que hicieran frente a gente tan hábil o más desesperado que su sheriff o marshall.
Earp fue sherif, junto con sus hermanos en Wichita, Dodge City y Tombstone, ciudades problemáticas. Tenía varios negocios en Tombstone, una ciudad de mineros de plata, y era proverbial su rivalidad con los clanes familiares Clanton y Mc Laury, ganaderos. Después de que los ganaderos hiciesen unos destrozos importantes durante una borrachera en una de las tabernas de los Earp, volvieron al día siguiente con Colts en el cinturón canana, en franco desafío del estricto control de armas de Earp.
El tiroteo del O.K. Corral duró 20 segundos, donde los Clanton y las Mc Laury fueron sorprendidos contra la tapia de un solar y disparados a bultos por los Earp y Doc Holliday, un dentista tuberculoso y jugador, que no le dio a nada ese día. 20 segundos y tres muertos como resultado. Uno de los hermano de Wyatt perdió un brazo. A largo plazo los vecinos de Tombstone ya no quisieron que los Earp los defendieran y los obligaron a dimitir.
Earp se ganaría la vida en el espectáculo de Buffalo Bill disparando contra blancos a pesar de que su mala vista era proverbial y le deslumbraban los focos de la pista, y más tarde como asesor de las primeras películas del Oeste.
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