jueves, 29 de octubre de 2020

Las tradiciones de Halloween del mundo anglosajón.

 (Adaptación de un artículo de Blane Bachelor)


Una terrorífica calabaza con luces en su interior nos recibe en una ventana. Es Halloween, la noche en la que sacamos de paseo a nuestros hijos disfrazados por el vecindario para recopilar dulces al alegre grito de "Truco o trato".

Veamos cuál es el origen de la calabaza terrorífica. Y para ello tenemos que retroceder a la Irlanda celta, donde los guerreros basaban su prestigio en la exhibición de las cabezas de los soldados enemigos cortadas durante los banquetes, según nos cuenta Nathan Mannion, conservador senior del Irish Migración Museum, del condado de Mayo.

Ya cristianizada Irlanda, los irlandeses, escoceses y galeses solían celebrar Samhaim vistiéndose con mortajas y tallaban cabezas terroríficas en patatas, calabazas y nabos. Samhaim era una fiesta que se celebraba el 1 de noviembre en la que se suponía que los muertos volvían al plano de los mortales y se mezclaban con ellos.

En el siglo XVIII los irlandeses elaboraron las versiones más primitivas del mito de Jack O Lantern, un borrachín y pícaro que gastaba bromas a todos sus vecinos gracias a su habilidad con los juegos de manos. Una de sus víctimas resultó ser el demonio, que se lo tomó francamente mal. Cuando este personaje mitológico murió, San Pedro no lo dejó entrar en el cielo, pero Satanás tampoco lo quería en el infierno. El señor del Averno le dijo que podía sacar almas del infierno y guiarlas hacia el cielo todos los 1 de noviembre si tallaba una linterna en un nabo para guiarlas.

En el siglo XVII el nombre de Jack era muy común en el mundo anglosajón. Así que un Jack que trabajase como vigilante nocturno o sereno sería llamado Jack el de la Linterna.

En los páramos escoceses y las turberas de Irlanda suele darse un fenómeno natural de luces y gases ardientes llamadas fuegos fatuos. Hay relatos sobre gente que sigue estas luces y se adentra en los páramos donde se encuentra con Jack O Lantern o con una de las almas desorientadas que guía. Estas leyendas se hicieron menos populares cuando llegó la luz eléctrica a la Irlanda rural en la década de 1930.

El culto a las cabezas de los muertos llegó a Estados Unidos con los inmigrantes irlandeses a finales del siglo XVIII. Durante la Revolución Americana muchos soldados extranjeros lucharon por las Trece Colonias y su independencia. Entre ellos estaban los Hessians, unos soldados de caballería con uniformes verdes, a los que se les solía conocer como "Los Jinetes sin Cabeza" por su temeridad durante las cargas. Uno de estos Hessians perdió la cabeza a causa del impacto de una bala de cañón y los vecinos de Speepy Hollw decían que el 1 de noviembre se levantaba de la tumba para buscarla.

Washington Irving escribió en 1820 un cuento de terror popular llamado "La leyenda de Sleepy Hollow", una localidad por entonces rural del estado de Nueva York. En ella el maestro timorato Ichabod Crane es hostigado por un espectral jinete sin cabeza. El resultado es que nadie de Sleepy Hollow vuelve a ver a Ichabod. La trama de lo que sucede realmente y las razones por las que este no tan fantasmagórico jinete aterroriza a Ichabod son menos sobrenaturales de lo que se cree, por lo que recomiendo leer el cuento a los que quieran.

Precisamente este año, bajo fuertes medidas de seguridad a causa del coronavirus, los vecinos de Sleepy Hollow y la vecina localidad de Tarrytown celebran el 200 Aniversario de su inclusión en el folklore de los Estados Unidos.

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