Indicment, de Oliver Stone. (1995) ¿Hasta qué punto es real lo que nos cuentan los medios?

 Docudrama judicial sobre el caso Mac Martin, uno de los casos de supuestos abusos sexuales más caros y dilatados en el tiempo de la historia judicial norteamericana (de 1983 a 1990). Judy Johnson, madre de un hijo en edad preescolar llevó al UCLA Medical Center a su retoño porque tenía dolores en los intestinos. Los pediatras dictaminaron que los dolores y las molestias se debían a una penetración anal realizada por un adulto y lo pusieron en conocimiento de la Fiscalía.

Los fiscales recurrieron a la psicóloga especializada en niños de esta edad Kee Mc Farlane, un tipa polémica y engreída. Entrevistó a los niños de toda la guardería e implantó en las mentes de los niños, muy influenciables a esa edad, falsos recuerdos de abusos. Si el niño decía que el trato con Ray Buckey, el empleado de la guardería acusado, había sido normal, Mc Farlane le presionaba para que declarase otra cosa con un seco: "No tienes buena memoria". Usaba muñecos de trapo con genitales para escenificar los supuestos abusos y les decía al terminar que se ensañasen con el que representaba a Raymond Buckey Los niños vieron que si contaban historias escabrosas sobre los adultos de la guardería acusados tenían la aprobación de los adultos. El circo judicial estaba servido.

Se retiraron todos los cargos del personal de la guardería, excepto los de Ray Buckey y su abuela Virginia. Tras seis años de circo judicial, 16 millones del erario público malgastados, el descubrimiento de que Judy Johnson la acusadora, era esquizofrénica y la boda de Kee Mc Farlane con Wayne Satz, el periodista amarillo que cubría el caso, el jurado dijo que no podía asegurar que los niños estuvieran mintiendo sobre maltrato animal, rituales satánicos y abusos, pero tampoco que hubiera sucedido todo aquello. Se retiraron casi todos los cargos.

Judy Johnson se suicidó durante el jueicio en una de sus crisis esquizofrénicas. Varias guarderías del estado de California ardieron o sufrieron actos vandálicos entre 1983 y 1990, años de los juicios. Las vidas de los niños fueron alteradas por los recuerdos falsos implantados por una psicóloga forense con mucho afán de protagonismo. Unos arqueólogos excavaron el solar de la guardería para encontrar los túneles donde los niños decían que tenían lugar los rituales satánicos y los sacrificios de animales. Encontraron huesos de conejo, perro, cerdo, lagarto y de vaca, pero también chatarra, antenas de televisión defectuosas, botellas rotas y cascotes de albañilería. Nada que pudiera probar o no la culpabilidad de Ray Buckey.

Posteriormente se descubrió que la sodomización del niño que abrió el caso había sido realizado por el marido de Judy, su padre, y que por culpa del circo mediático y de la reacción huistérica de la población no recibiría castigo por sus actos.