domingo, 2 de junio de 2024

Aparece el pecio del galeón San Bartolomé en la playa de Laida.


 Generaciones de niños hemos jugado - al menos yo en las excursiones parroquiales- en la playa de Laida, en Ibarrangelu, frente a Mundaka. Algunos afortunados encontraron mionedas de oro acuñadas en el siglo XVI. Son reales de a ocho, la divisa más potente de la época del Imperio Español.

¿Cómo llegaron esas piezas de a ocho, tan populares que el loro de Long John Silver, los nombraba como un repiquete en LA ISLA DEL TESORO? La clave está en el naufragio del galeón San Bartolomé, construído en 1597 en las atarazanas de Deusto, botado para participar en elintento de invasión de Inglaterra de 1597 con la tercera Armada del Océano- tras el primer intento de 1588, con la llamada Armada Invencible, y el intento de 1596-.

Tras el ataque inglés a Cádiz en 1596, Felipe II decidió mandar un contraataque a Inglaterra. Para ello  formó una Armada de guerra a las órdenes del almirante Martín Padilla y Manrique (1540-1602) que fue víctima de un duro temporal a la altura del cabo Finisterre el 28 de octubre de 1596. Al año siguiente se armó la tercera flota, esta vez de 136 barcos, también a las órdenes de Padilla con la intención de asestar un golpe de muerte a los ingleses de Isabel I Tudor, alias Floriana.

Martín Padilla, conde de Santa Gadea, no era un cualquiera en las duras tareas de combatir en alta mar. Había participado en la batalla del Golfo de Lepanto (1571) contra los otomanos, donde capturó cuatro galeras turcas; Hundido personalmente cuatro barcos con las que el corsario Francis Drake pretendía tomar el puerto de Lisboa; y derrotado a una escuadra anglo holandesa en las costas de Almería.

En 1597 recibe órdenes de tomar el puerto de Falmouth, en el sur de Inglaterra, establecer una cabeza de puente allí, y combatir la flota de Raleigh-Essex, los favoritos de Isabel I, para que sus tropas no lograsen desembarcar. Se reunió una flota de 112 naves y 24 carabelas. Embarcaba cerca de 9.000 soldados, 4.000 marineros y 300 soldados de caballería. Parte de esta armada es conocida como Los Doce Apóstoles. Se trataba de doca galeones recién botados . seis en Cantabria y seis en Bizkaia, de entre 750 y 1.500 toneladas, nombrados con los nombres de los doce apóstoles de Cristo.

El San Bartolomé, botado en 21 de noviembre de 1589 estaba armado con 27 piezas de artillería. Para sufragar la expedición de Inglaterra, portaba un cofre con reales de a ocho por valor de 50.000 ducados. Al cambio actual, 10 millones de euros. Este dinero estaba destinado a pagar las soldadas, los sobornos a autoridades inglesas, gastos imprevistos y otras gestiones. Otra cantidad similar viajaba en el galeón Santiago.

Parte la flota de El Ferrol el 18 de octubre de 1597 pero no legan a Falmouth porque a 171 kilómetros de la costa inglesa un nuevo temporal se abate sobre el convoy y Padilla, con gran pesar ordena der la vuelta a Galicia. El adelantado consigue llegar a puerto de La Coruña con 38 naves.

El San Bartolomé había perdido todos sus mástiles y fue arrastrado, incapaz de llegar a La Coruña, a la costa de Vivero, donde fue fondeado con cuatro amarras. Se desembarco a 80 soldados muy enfermos. Pedro de Guevara, el capitán de Infantería, pidió permiso para desembarcar el dinero, cosa que aceptó el conde de Santa Gadea. Se envió un pagador a bordo. 30 marineros del San Pedro viajaron a Vivero para hacerse cargo del galeón desarbolado.

El 10 de noviembre llega el pagador a Vivero pero se posterga el desembarco del oro hasta la mañana siguiente. Esa noche se levanta un temporal con viento sur que rompió las amarras del galeón y lo empujó fuera de la ensenada, junto otros dos navíos franceses. No se supo del San Bartolomé hasta cuatro días más tarde, cuando se divisó el galeón en la localidad vizcaína de Bermeo. La tripulación disparó cuatro salvas solicitando rescate.

El responsable del puerto de Bermeo, el capitán Martín de Vaquera, se hizo a la mar con cinco pinazas, naves ligeras de tres mástiles pero fue en vano. El San Bartolomé encalló en la barra de Mundaka, enfrente de la iglesia, Martín de Vaquera reunió a 100 marineros, y se dirigió a Bermeo para hacerse cargo del rescate pero no pudo hacer nada porque solo una pinaza obedeció sus instrucciones y su tripulación encontró el valor de hacerse a la mar y rescatar 40 soldaos heridos.Vaquera ordenaría castigar a los pescadores que habían desobedecido sus órdenes y pondría arcabuceros a patrullar las playas para retirar cadáveres y disuadir a los saqueadores El cofre se encontró aplastado y el dinero desaparecido. Las playas estaban sembradas con los 280 cuerpos que se pudieron recuperar. De 27 piezas de artillería solo se pudo recobrar una sola.

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