miércoles, 3 de julio de 2024

El robo del radar de Hitler.

 Los aviones de la RAF caían como moscas en la Segunda Guerra Mundial hasta que detectaron al culpable: un radar alemán situado en un acantilado de Normandía (Francia). Los británicos decidieron robarlo en la operación Biting, una locura digna de película protagonizada por grandes personajes y héroes humildes. El nuevo libro de Max Hastings lo explica.



Los alemanes detectaban los cazas y los bombarderos de la RAF y los derribaban con facilidad. Los servicios secretos aliados sospechaban que la Luftwaffe disponía de un radar en un punto de la costa francesa y lo encontraron. Estaba en lo alto de un acantilado de Normandía, a apenas 90 millas de la costa inglesa. Uno de estos oficiales de Inteligencia descubrió en las fotografías aéreas un desfiladero que subía hasta el radar desde una playa cercana. Le propuso a Churchill una operación de comandos y pronto se dio luz verde a la operación Biting.

La operación estaba organizada por Louis Mountbatten, primo del rey Jorge VI y comodoro de operaciones combinadas. La protagonizaron 120 hombres del Regimiento Real de Paracaidistas, liderados por el mayor John Frost, un héroe que luego sobresalió en el puente Arnhem, en 1944. También intervino la Royal Marine.

Lord Mountbatten tuvo choques constantes a lo largo de los preparativos de la operación con Frederick Boy Browning, general de las Fuerzas Aerotransportadas, casada con la escritora Daphne Du Maurier. No facilitó las cosas que a la mujer de Browning la pillara una esposa despechada in fraganto en la cama con un hombre que no era el propio Browning.

Otros dos personajes importantes de esta trama pertenecen a la red de la Resistencia local. Roger Dumont, ex piloto frances, y su amigo Charles Chauveau, dueño de un garaje. Los dos hombres se ganaron la confianza de un centinela alemán que les confeso que el desfiladero de la playa no estaba minado. Su superior, Gilbert Renault, radió a Londres la información.

Otro protagonista de esta trama de comandos es el radioaficionado Charlie Cox, destinado en una estación de radio de la RAF y enrolado "voluntario" en la misión. Es quien desmontó o destruyó las piezas del radar que los comandos británicos no se pudieron llevar.

La misión fue accidentada por el mal tiempo, por el fuerte fuego antiaéreo y el hecho de que solo seis de los aviones soltaran sus paracaidistas en el punto exacto. De vuelta en la playa, los estaban esperando la guarnición de 100 hombres de las S.S. a cargo del radar y una sección de Infanteria de la Werhmartch desplegada en Brumeval. Hubo cinco prisioneros del comando principal y  hubo que lamentar la muerte de Alan Cock, un joven paracaidista que se abrió la cabeza intentando descender a toda velocidad por el desfiladero mientra esquivaba las balas alemanas. Roger Dumond tampoco sobrevivió al final de la guerra, porque murió posteriormente en un tiroteo con los alemanes. Los británicos capturaron a tres alemanes y mataron a todos los centinelas de guardia.


Para leer:

Operation Biting: the 1942 parachute assault to captura Hitler,s radar. Ed. William Colllins)

Autor: Max Hastings.

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