En 1958 un grupo de inmigrantes extremeños y andaluces, huidos de la miseria y de la represión franquista, levantan, con sus propias manos y a espaldas del Ayuntamiento de Barcelona, el barrio de Torre Baró. Manuel Vital es uno de los fundadores de la barriada.
En 1975 muere Franco pero los habitantes de Torre Baró no tienen todavía ni agua corriente ni electricidad en sus casas. El rudimentario alcantarillado lo han levantado ellos. Manuel Vital se ha casado con Carmen, una monja que ha colgado los hábitos y organiza campañas de alfabetización en la favela de Barcelona. Tiene una casa mejor, una hija adolescente y un trabajo como conductor de autobús.
1978. Como líder vecinal Vital organiza una campaña para que los autobuses metropolitanos de Barcelona lleguen a Torre Baró pero, a pesar de la ayuda de un joven Pasqual Maragall, el concejal de transportes del Ayuntamiento de Barcelona le sugiere que se busque otro pasatiempo. La excusa es que ni los coches de reparto de los supermercados ni los autobuses pueden subir la empinada cuesta hacia Torre Baró.
Así que Vital secuestra un autobús de su propia línea y la hace subir hasta su barriada, para demostrar que si es posible abastecer a la población del extrarradio. Es recibido como un héroe por sus vecinos. Poco después es detenido por la Guardia Civil. Por presiones vecinales se le devuelve su antiguo puesto de trabajo a condición de no secuestrar otro autobús y es el catalizador del progreso del entonces extrarradio barcelonés. Murió en 2010.
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