viernes, 31 de enero de 2025

Recordando a los perritos/ as que ya no están.

 

(En una soleada tarde, en el jardín de la casa de Carmen, Lai y Rinti están sentados en el césped. Lai está acurrucada, mirando con desdén a su alrededor, mientras Rinti, con la cola moviéndose a toda velocidad, la observa con una mirada llena de amor no correspondido.)

Rinti: (mirando a Lai con adoración) Lai... ¿has tomado ya tus pastillas de Seguril hoy? Sabes que te hacen bien, ¿verdad? No quiero que te pongas más irritable de lo habitual.

Lai: (gruñe, mostrando los dientes) ¡No necesito que me digas lo que tengo que hacer, Rinti! No soy una perra de farmacia, ¿me oyes? ¡Además, no quiero que me convierta en una vaca lechera de tanto medicamento!

Rinti: (con tono suave y preocupado) Pero es por tu bien, Lai. Las pastillas ayudan a que no te pongas tan... ladradora... y a veces un poco... agresiva, ¿no? Mira, yo no soy el más experto en medicinas, pero algo me dice que, si las tomas, las cosas podrían ir mejor entre nosotras.

Lai: (mirándole de reojo) "Nosotras", dice... ¿de qué estás hablando, Rinti? Sabes perfectamente que ni siquiera te miro... ¡Eres más empalagoso que una bolsa de caramelos! (pone los ojos en blanco)

Rinti: (sonríe como un tonto, ignorando la indirecta) Bueno, es que eres tan... tan... ¡tan única, Lai! Y con tus nervios de punta, me pregunto si alguna vez llegas a sentir algo bonito. No sé, tal vez te guste la idea de que alguien te cuide... ¿como yo?

Lai: (resopla y se estira en el suelo, sin moverse mucho) Qué romántico, Rinti... Tú sí que eres un soñador. Si fueras un poco más listo, sabrías que mi corazón ya está ocupado por otra persona. ¡Y no es un perro de quiosco!

Rinti: (intrigado) ¿Carmen? ¿Tu dueña? Eso ya lo sé. ¡Pero...! ¿No te parece que yo podría ser... algo más? No sé, como... tu compañero en esta vida de ladridos y paseos por el barrio...

Lai: (con voz irritada pero también un poco suave al mencionar a Carmen) No, no, no. Mi Carmen es lo único que me importa. ¡Y no necesito que ningún perro me distraiga con tonterías! Carmen estudia Filología Inglesa, ¿sabes? ¡¡Es súper inteligente!! Y siempre está pensando en cosas profundas como las palabras de Shakespeare, o lo que sea que le guste. ¡Y, encima, trabaja en el quiosco de su madre, María Jesús! Así que no me vengas a hablar de "compañerismos", que Carmen es mucho más que un simple paseo por el parque.

Rinti: (con cara de confusión) ¿Filología Inglesa? ¿Eso es como aprender a hablar el inglés, verdad? Nunca entendí esas cosas... ¡Pero lo que sí sé es que me encantaría acompañarte a ver a Carmen! Yo también soy muy buen compañero... puedo traerle el periódico, ¿qué opinas?

Lai: (rollo de ojos) ¡¿El periódico?! ¡Qué original, Rinti! Como si no lo pudiera traer yo misma con mis propias patas. Y por cierto, Carmen no necesita que nadie le lleve el periódico. Está ocupada con sus estudios y sus cosas de literatura y filosofía, ¿sabes? Además, María Jesús también está en el quiosco, ¡y ya te imaginas lo que piensa de ti! Se ríe con sarcasmo.

Rinti: (con cara de abatimiento) Ugh, ya veo... Bueno, ¿y si al menos me dejas acompañarte en los paseos? ¡Lo prometo! No soy tan pesado como parece...

Lai: (con tono altivo) Como sigas dando la lata con tus "compañeros" y "paseos", vas a terminar viendo a Carmen desde la distancia. Y tú sabes que si alguien te ve cerca de mí en el parque, ¡te echaría una bronca por no estar cumpliendo con tus deberes de perro!

Rinti: (como si fuera un cachorro enamorado, a punto de rendirse) ¿De verdad no me dejarías siquiera...?

Lai: (cambiando de tono, ahora más serio) No, Rinti. Te lo dije antes, y te lo repito ahora: Carmen es lo único que necesito. Tú sigues con tus tonterías, pero yo soy feliz siendo la reina de la casa. No necesito nada más, excepto que, por favor, tomes en cuenta que mi buena salud también pasa por el maldito Seguril. Así que, si te importa, recuerda que las pastillas son para mí lo que esos poemas largos son para Carmen.

Rinti: (con un suspiro resignado) Está bien, Lai... lo he entendido... Pero sigo siendo un buen perro, ¿verdad?

Lai: (mirándole de arriba abajo con una sonrisa traviesa) Un buen perro, sí. Aunque, por ahora, más de lo que te conviene.

Rinti: (con una sonrisa forzada) Pero algún día... algún día...

Lai: (corta bruscamente) ¡No sigas soñando! ¡Ahora vete a traerle el periódico a Carmen!

(Rinti sale tropezando un poco, y Lai se queda mirando al horizonte, con una mezcla de irritación y ternura no expresada por su dueña, Carmen.)


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recordando a los perritos/ as que ya no están.

  (En una soleada tarde, en el jardín de la casa de Carmen, Lai y Rinti están sentados en el césped. Lai está acurrucada, mirando con desdén...