Escena:
Una habitación austera en un campo de concentración nazi, decorada de forma extraña para la ocasión. Algunas guirnaldas y luces opacas adornan el techo. En el centro, una mesa llena de raciones de comida para los niños prisioneros. Un par de payasos, con rostros pálidos, tratan de hacer reír a los niños, pero todos ellos están asustados y callados. Los niños, con ropas sucias y cansadas, se mantienen apartados de los payasos, mirando con miedo.
Dorothea Binz (sonriendo de manera tensa, mirando a los niños que no reaccionan):
(Con voz ligeramente forzada)
"Vamos, pequeños, es Navidad. Rían. ¡Rían como todos los demás! ¿No es eso lo que esperaban? Una fiesta con dulces, payasos... algo para olvidarse de todo por un momento. Es un regalo especial para ustedes."
(Los niños no reaccionan. Se miran entre ellos, paralizados por el miedo. Una niña pequeña se agarra a la falda de su madre, mientras los payasos siguen intentando hacer trucos, pero sólo provocan más incomodidad y tensión.)
Dorothea (la sonrisa empieza a desvanecerse, mirando al suelo):
"¿Por qué no se ríen? ¿Qué más quieren de mí? ¡He dado todo por ustedes!"
(Se aparta de la escena hacia una esquina, donde se deja caer en una silla, las manos cubriendo su rostro. Empieza a sollozar en silencio, las lágrimas fluyen por sus mejillas, pero su llanto está lleno de frustración, no de arrepentimiento.)
Guardia (su pareja, se acerca lentamente, observando con cautela):
"¿Qué pasa, Dorothea? No te comportes así. Ellos son solo niños... ¿por qué te duele tanto esto?"
Dorothea (aún llorando, su voz se quiebra):
"¡No entiendo! He hecho todo lo que me dijeron. ¿No están agradecidos? ¡He hecho una fiesta! ¿Por qué no me ven como una buena persona? ¡Miren lo que les he dado! ¡Es Navidad!"
Guardia (se arrodilla a su lado, tratando de calmarla):
"Ellos... ellos no tienen nada que celebrar. No entienden lo que has hecho por ellos. Sólo ven la muerte que los rodea, la angustia. No puedes esperar que se rían... No entienden tu generosidad."
Dorothea (solloza más fuerte, con rabia en su voz):
"¡Yo no soy como ellos! No soy una monstruo. Yo solo quiero que me vean como... como alguien que les dio algo bueno, algo que les hace olvidar... por un segundo... lo que son."
Guardia (dubitativo, con voz baja):
"Lo que somos... no puedes cambiar eso, Dorothea. Tú no puedes... y ellos no pueden... ¿Por qué te duele tanto que no te aprecien? Ellos solo son niños."
(La cámara se aleja lentamente, dejando a Dorothea en su desconcierto, mientras su llanto sigue resonando en la fría habitación. Los niños, desde lejos, observan en silencio la escena. Los payasos ya no intentan hacerlos reír, pues saben que sus esfuerzos son en vano.)
Esta escena dramatiza el dolor y la desesperación de un personaje que busca desesperadamente validación en un entorno lleno de sufrimiento, y las complicadas dinámicas emocionales que surgen en medio de la brutalidad de su entorno.
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