Los mosquitos nos pican porque, al menos en el caso de las hembras, necesitan nuestra sangre para poder reproducirse. No lo hacen por gusto ni por hambre, sino porque en la sangre hay proteínas que les sirven para desarrollar sus huevos. Es como si tomaran un suplemento especial para poder tener crías. Los machos, en cambio, se alimentan solo de néctar y no pican a nadie.
Ahora, ¿cómo hacen para encontrarnos? Pues los mosquitos tienen una especie de radar muy fino. Primero, detectan el dióxido de carbono que exhalamos al respirar. Ese es como su primer aviso de que hay un humano cerca. También se fijan en el calor que emitimos, en cómo olemos (nuestro sudor tiene compuestos que los atraen), en la humedad de la piel, e incluso en el color de la ropa que llevamos. Si usas colores oscuros, como negro o azul marino, les llamas más la atención porque esos colores retienen más calor. Y si estás haciendo ejercicio o estás muy activo, respiras más fuerte, sudas más y eso también les encanta.
Pero los mosquitos no son los únicos que chupan sangre. Hay otros bichos que también lo hacen, como las pulgas (que suelen picar a mascotas pero también a personas), los tábanos (que tienen una picadura más dolorosa), las chinches de cama (esas que te dejan varias picaduras en fila, normalmente de noche), los jejenes (muy pequeños pero muy molestos), y las garrapatas, que se prenden a la piel y pueden llegar a transmitir enfermedades.
Para evitar que te piquen, lo mejor es usar repelente. Hay muchos tipos, pero los más efectivos son los que tienen DEET, picaridina o aceite de citronela. También ayuda mucho vestirse con ropa clara y que cubra bien brazos y piernas, sobre todo si estás en zonas con mucha vegetación o cerca del agua. Hablando de eso, es importante evitar que haya agua estancada cerca de tu casa, porque ahí es donde los mosquitos ponen sus huevos. Cosas como cubetas con agua, platos de macetas, botellas vacías… todo eso puede convertirse en criadero.
Si vas a dormir en un lugar donde hay muchos mosquitos, un mosquitero en la cama es tu mejor amigo. También sirven los ventiladores, porque a los mosquitos no les gusta el aire en movimiento, y si hay aire acondicionado, mejor todavía.
Y bueno, si ya te picaron, lo primero es no rascarte. Sé que es difícil, pero si te rascas, puedes hacerte herida o hasta infectarte. Lava bien la zona con agua y jabón, y si tienes a mano, ponte una crema con antihistamínico o un poco de hidrocortisona para calmar el picor. Un truco sencillo es ponerte hielo o algo frío, que también ayuda a que baje la hinchazón y el ardor.
En resumen, los mosquitos nos encuentran por cómo olemos, cómo respiramos y qué tan calientes estamos. Y nos pican porque necesitan nuestra sangre para reproducirse. Pero con un poco de cuidado y protección, se puede evitar bastante bien.
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