Calaveras y calabazas en Vizcaya.

Este es el nombre de la conferencia sobre etnografía con la que nos deleitó Patricio Aldama. Además de enseñarnos, con la ayuda de Desmon y de un plástico negro, como hacer una calabaza de Halloween, nos dieron toda suerte de datos sobre esta fiesta de origen supuestamente celta, que tanto se ha comercializado.

Los celtas celebraban su año nuevo a primeros de noviembre, la fiesta de Sahmain. En ella los espíritus volvían al mundo de los vivos, aunque no se sabe muy bien si para causarles daño o por confusión. Los vivos se ponían mortajas, se travestían y hacían un festín con abundante provisión de carne.

Otra teoría nos lleva a 1605. La reina Isabel I de Inglaterra ha muerto hace dos años sin descendencia. Los católicos ven en ello la posibilidad de quitar de en medio a Jacobo I de Inglaterra. Se gesta el motín de la pólvora. Pero todo sale mal y la represión es sangrienta.

Por aquella época surgen grupos de protestantes que se embozan, distorsionan la voz y van a los hogares de los católicos exigiendo cerveza y pasteles al grito de "Truco o Trato". La Policía de Coslada hacía algo parecido pero esos improbos hombres decían "Trato o te cierro el local y te espanto a la clientela". Siempre había trato.

Actualmente los niños norteamericanos van por las casas recopuilando dulces. Si no reciben su botín te rocían el coche con espuma de afeitar o tiran huevos contra las ventanas de tu casa.

El origen de la calabaza de Halloween es puramente americano. Está basado en la leyenda de Jack O´Lantern, un borrachín que hizo un pacto con el diablo. Pero era más listo que Satanás porque lo superó con toda clase de trucos ingeniosos.

Cuando O´Lantern murió no fue recibido ni en el cielo ni en el infierno. tuvo que vagar por el éter iluminando a las almas recién llegadas con una linterna hecha con un nabo.

Luego Patricio procedió a hablar sobre las tradiciones de Todos los Santos en Vizcaya, pero resulta que me han impuesta un nuevo toque de queda tras mi caída por las escaleras. Así que no quedé hasta el final.