miércoles, 3 de diciembre de 2008

Sobre gestos y tiranos

En las agencias de inteligencia hay personas que se dedican a ver videos acerca de los mensajes públicos de los líderes políticos. Llevan haciéndolo 60 años.
En los años 30 los intelectuales afirmaron, después de ver las concentraciones públicas de Adolf Hitler, que era un hombre sumamente destructivo y tendente al suicidio. La forma en que levantaba los brazos y los giraba en el aire con los puños cerrados hacia dentro lo decían. Y actuaron en consecuencia. El que pudo huyó de Alemania.
Tengamos en cuenta que en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial no existía la televisión y los líderes políticos tenían que hacer frecuentes apariciones públicas delante de multitudes. Tenían que gesticular como posesos para transmitir cualquier mensaje.
Entre los líderes del Lado Oscuro moderno tenemos al terrorista saudí Bin Laden. Nunca levanta la voz pero usa frecuentes amenazas y en sus manos puede verse una AK 47. Los analistas políticos nunca saben qué es lo que está diciendo realmente, pero captan el tono de amenaza velada.
En el otro extremo de la balanza están los líderes religiosos. El Dalai Lama es un hombre fatalista y conciliador. Sus argumentos son razonables y nunca, nunca, se muestra agresivo. Si protestara directamente contra la ocupación china del Tibet perdería su poder. Quizá la creencia en el karma le mantenga tranquilo.

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