sábado, 19 de julio de 2014

Superstición y medicina en la botica.

El Museo de la Farmacia Hispana de la Universidad Complutense ofrece un viaje insólito por el arte de las antiguas boticas y los remedios que se usaban como la carne de momia o el cuerno de unicornio.

En este museo se recrean desde los laboratorios de un alquimista a la botica del Hospital de San Juan de las Afueras (Toledo). Las colecciones de este museo incluyen instrumental quirúrgico antiguo y medicamentos, más relacionados con la magia y la superstición que con la ciencia experimental.
El director del Museo, Javier Puerto, nos habla de algunas de las piezas de la exposición:
"El cuerno de unicornio era en realidad de narval. Se usaba en los banquetes reales porque los aristócratas creían que sólo con ponerlo en la mesa del convite, si había algún plato envenenado este cambiaba de color".
También la carne de momia era empleada como un remedio contra el envenenamiento, algo muy curioso, "porque era una de las pocas circunstancias en que la Iglesia permitía comer carne humana sin amenazar con el fuego del infierno", explica Puerto.
"Era tal el grado de superstición en la farmacopea, por el simple hecho que no se supo hasta mediados del siglo XIX el origen de las enfermedades, que Hernán Cortés pidió que le enviasen a México de todo menos médicos, ya que le parecián más profesionales y de confianza los chamanes aztecas".

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