viernes, 19 de septiembre de 2014

"Mi reino por un yelmo"

Esto es lo que debió pensar en sus últimos momentos el rey Ricardo III, poco antes de ser atacado por cuatro hombres en la batalla de Bostworth en 1485.
Los patólogos forenses dela Universidad de Leicester han encontrado restos de nueve diferentes heridas en el maltrecho cráneo del rey inglés. Una en la parte inferior izquierda del cráneo lo mató, porque la hoja de una alabarda penetró en el cerebro 10 centímetros. No fue una muerte rápida.
"Olviden lo que hayan visto en las películas. La muerte en un campo de batalla medieval era la forma más sucia, dolorosa y lenta en que han muerto los soldados de infantería a lo largo de la historia", nos explica la forense Sarah Ainsworth.
Si alguien me lee en Gran Bretaña puede leer en la revista médica de The Lancet las conclusines del equipo forense.

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