sábado, 6 de diciembre de 2014

"MARÍA; MUJER, MADRE E IDEA".

Los que vivan por Washington D.C., o vayan a dejarse caer por la capital de los Estados Unidos pueden visitar esta exposición en el Museo de Arte de las Mujeres. Estará abierta hasta el 15 de abril.
Consta de 70 cuadros prestados por instituciones tan prestigiosas como la Galería de los Uffizi, los Museos Vaticanos o el Louvre de París.
Para explicar el germen de esta exposición hablamos con la atora de su catálogo, Melissa R. Katz.

¿Estamos redescubriendo a la Virgen María, o jamás se marchó?

Nunca nos ha dejado del todo, aunque no seamos creyentes. Ha sido abrazada por grupos diversos como los conservadores, la New Age, las feministas, o los pandilleros de Los Ángeles. Es un grupo muy heterogéneo.
María es más accesible que Jesús, porque sus experiencias son más comunes para los hombres. Es madre y esposa. No necesita morir en una cruz o hacer milagros.

Sin enbargo, alguna diferencia habrá entre los espectadores varones y las mujeres.

Ellos piensan en los momentos agradables con sus madres, y ellas piensan en lo duro que es perder a un hijo que siempre está más allá de todo, y al mismo tiempo tan cerca.

¿Ha cambiado la manera de representar a la Virgen en todos estos siglos?

Son idealizaciones de las virtudes femeninas hechas por hombres, la búsqueda de un ideal, incluso cuando mujeres como Sofonisba de Anguissola, una mujer, toma los pinceles. En la Edad Media es la reina de los cielos. En La Edad Moderna es la madre de Jesucristo, y a finales del siglo XX es la protectora de los desamparados. La hemos humanizado.

Has mencionado a Sofonisba de Anguissola. ¿Quién era?

Ua pintora de la Contrarreforma. Fue pintora de cámara en la corte de Felipe II. Tenemos un autorretrato de 1556 en la exposición en la que ella aparece pintando a la Virgen, como si dijera:"Aquí esoy y esto es lo que hago, hombres".
Respecto a las representaciones actuales de la Virgen, comisarié na exposición de fotografías de Danny Lyons en el corredor de la muerte. Hice un pase para unos sacerdotes católicos. Una de ellas mostraba a una presa desnuda en las duchas de la penitenciaría. Llevaba un tatuaje de la Virgen.
"Esto es una falta de respeto", protesto el sacerdote más mayor.
"Cuando la sociedad decide que no vales nada y trata de destruirte - y sabes que lo conseguirá-, ¿A quién recurres? A la madre de otro condenado a muerte", repliqué yo.
El cura anciano miró más de cerca la foto y dijo:
"Sí. Tiene razón. Es una hermosa fotografía":

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