martes, 9 de junio de 2015

Beau Geste, de William A. Wellman. (1939)

También una famosa novela de aventuras en el desierto protagonizadas por los chicos de la Legión Extranjera. La historia comienza cuando el capitán Beujolaus se acerca al fuerte de Zinderneuf y los legionarios de la posición no le abren las puertas. Ordena a uno de sus hombres que escale el parapeto y no se vuelve a saber de él. Pero es de lo más raro. Todos los hombres están en sus puestos dentro del blocao. Tienen que haber visto, por fuerza, a los recién llegados.
Beaujolais descubre, al cabo de un rato, que todos y cada uno de los hombres están muertos. Todos menos alguien, que toca la corneta pero no se deja ver. Al poco el blocao empieza a arder. ¿Qué es lo que ha pasado?
Un flashback nos hace retroceder 15 años hasta la casa de la señora Brandon, una viuda y sus tres protegidos: Beau (Gary Cooper), John y Digby. Los tres niños juegan a las hazañas caballerescas con Isobel, la hija de la señora Brandon. Beau ve como la buena mujer es obligada a vender a un joyero una valiosa piedra preciosa.
Ya adultos, la  copia de la joya desaparece, y los tres amigos, para evitar el ambiente de sospechas mutuas parten para Francia con la intención de ganar fama y vivir sus sueños de muchachos en la Legión Extranjera. Solo que en Argelia les espera el capitán Markoff, un déspota sádico que si siente alguna emoción hacia sus hombres es la de odio.

Nota:
La película se rodo en Arizona, en un fuerte utilizado para una versión muda de la novela en otra ocasión anterior. Las temperaturas eran de 43 º C. Los extras no tenían nada que hacer entre escena y escena, así que se les organizaron distracciones, aunque eso no debió ser suficiente, por lo que se fletaron autobuses para un conocido prostíbulo. Algunos figurantes se pasaron con el alcohol y seguro que prefirieron que hubiese un capitán Markoff de verdad. Todo era preferible a las celdas de la comisaría de Yuma.

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