sábado, 2 de julio de 2016

Alicia a través del espejo.

Al principio esta película chirria. Uno va al cine a ver la encarnacion del mundo de Lewis Carroll y se encuentra a Alicia vestida con un uniforme de la Marina de Guerra inglesa del siglo XVIII pilotando un buque mercante del siglo siguiente. Lucha contra los piratas en el Estrecho de Malaca. Teniendo en cuenta que la suya es la sociedad victoriana, donde las mujeres se pelean por reforzar su status a través de un ventajoso matrimonio, chirria bastante.
Luego vemos que el Sombrerero Loco está triste porque ha recordado la muerte de sus padres a manos del Galimatazo, un Dragón esbirro de la Reina Roja. Aquí la cosa se pone interesante, porque los amigos fantásticos de Alicia le piden que vaya a negociar con el Tiempo (Sacha Baron Cohen). La idea es que Alicia utilice una máquina del tiempo de estilo steampunk y viaje al Día Horribloso para salvarlos.
Al final resulta que Alicia tiene que robar la Cronoesfera, con peligro para la vida del Tiempo y para el mundo fantástico que la ha cobijado.
Otra de las cosas es que se comprenderá por qué la Reina Roja tiene tan mala gaita. Todo tiene su origen en una mentira que su hermana, la actual Reina Blanca, contó a su madre, con unas consecuencias imprevisibles para el reino.
Eso es un punto a favor de la cinta. Nos dice que no vivimos en un mundo maniqueo. Que los malos no ejercen de malos las 24 horas. Y que las mentiras y las más aparentemente inofensivas travesuras pueden tener sus consecuencias.

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