viernes, 11 de noviembre de 2016

HMS Terror y HMS Erebus. Caso cerrado.

El británico Sir John Franklin zarpó hace 171 años en busca del Paso del Noroeste,la ruta que debía unir el Atlántico con el Pacífico. Algo salió mál.Jamás se supo de su expedición. Ahora caba de aparecer el HMS Terror (nombre premonitorio) en perfecto estado: un auténtico buque fantasma.

Attima, el cazador inuit, no se lo creía. Aquellos hmbres tan extraños estaban sufriendo las de Caín para arrastrar por ellos mismos un bote salvavidas. Eran los marineros del Terror. Habían dejado una nota a bordo diciendo que se disponían a seguir hacia al Sur a pie, desde la isla del Rey Guillermo, donde el Erebus y el Terror habían queddo atrapados por los hielos. Attima se aleja. Sabe que esos hombres comen carne humana. Los ha visto atacar con sus cuchillos de hierro a uno de los suyos para devorarlo.
Pero, ¿cómo habían llegado esos hombres a semejante infierno blanco? La expedición del Terror y el Erebus están buscando el Paso del Noroeste. Han zarpado de Inglaterra en 1845. Durante el primer invierno entre los hielos mueren tres marineros y son enterrados en el permafrost. Durante la segunda invernada, ya atrapados en el hielo mueren 9 oficiales y 15 marineros. La catástrofe ocurre cuando el hielo no se derrite durante el verano de 1847 y Sir John Franklin muere en junio.
El Terror contaba con maquinaria de vapor dotada de unas desalinizadoras de agua que proporcionaban bebida fresca a los tripulantes y comida enlatada en recipientes de plomo. Las latas eran una relativ  novedad en 1847. Ambas cosas produjeron saturnismo a los tripulantes del Terror y del Erebus. Cuando llegó el momento, los hombres estaban demasiado enfermos para discurrir una solución menos gravosa a su situación. No pidieron ayuda a los inuits, que podrían haberles enseñado técnicas de supervivencia en el Ártico. Tampoco se quedaron a bordo de las embarcaciones, por lo menos en el caso del Erebus.
El bote fue encontrado por las expediciones de rescate posteriores. En este caso, se trató de una expedición comandada y patrocinada por Lady Jane Franklin. Contenía libros religiosos, el cadáver vestido con uniforme de gala y pieles de un oficial, relojes de oro, cubiertos de plata, botones de la Armada, pipas, tabaco... Nada que les permitiera dejar atrás a los hombres la banquisa y alcanzar la factoría comercial de Back¨s Fish River, en la Bahía de Hudson, en Canadá.
La Armada había enviado varias expediciones de rescate al Ártico para encontrar los 129 hombres desaparecidos. No apareció nadie. Unos buques abandonados en el hielo vistos en 1851 resultaron ser goletas balleneras.
 El etnógrafo escocés John Rae había interrogado a los líderes tribales inuits de la costa norte de Canadá.  El anciano In-Nook-Zhe-Jook le habló de los hombres desorientados y débiles que arrastraban el bote por la banquisa y de los restos humanos con marcas de cuchillos de hierro. Rae dio credibilidad a este testimonio, porque los cazadores inuits no tenían estas herramientas, y en las factorías peleteras tenían órdenes de no proporcionárselas. Los que no dieron crédito fueron la viuda y el escritor  periodistas Charles Dickens.
En 2016, expertos en arqueología subacuática de la organización canadiense Arctic Research Foundation encuentran el HMS Terror. Está en mejor estado que el HMS Erebus, encontrado dos años antes.
Un marinero inut y Ranger canadiense, Sammy, comunicó a Schimmowski, el arqueólogo jefe, que había visto algo parecido a un mástil sobresaliendo del agua en 2010, mientras salía de pesca. El sónar percibió la forma del barco y los arqueólogos a cargo de los sistemas electrónicos pudieron reconocer la chimenea. Se sacaron del fondo el ancla, la campana de guardias, algunas latas de plomo. Un robot de exploración subacuatica dice que en el camarote de Sir John Franklin había una mesa de despacho con los cajones abiertos y que las latas de las provisiones también se hallaban en las estanterías de las bodegas.
Otro misterio es el de por qué las dos naves se encontraban lejos de los sitios donde debían estar. El HMS Terror estaba a 31 millas del HMS Erebus y 51 millas al sur de dónde debería estar. Una de las hipótesis es que un oficial organizara a los escasos supervivientes y aprovecharan el derretimiento de las banquisa de 1848 oara navegar hacia el Sur. Si es así, esos heroícos muertos lograron cruzar el Paso noroeste 70 años antes que Amundsen.

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