En realidad estas historias estaban basadas en un cuento que les contaba Cecile, la madre a Laurent y su hermano sobre un elefante bebé que pierde a su madre a manos de un cazador. Babar - en los cuentos originales la madre de Laurent hablaba de Bebé Elefante- huía a París y empezaba a adquirir hábitos humanos como el de caminar sobre dos patas y utilizar ropa. Allí conocía a la Anciana Señora, que lo civilizaba.
Cuando el rey de los elefantes muere, Babar es elegido como su sustituto y empieza a civilizar a los otros elefantes y a levantar Villa Celeste, llamada así en honor de su esposa. Babar tiene dos hijos y dos hijas.
En realidad, la génesis de la historia tiene que ver con la rama de la familia Brinhoff que se instaló en Kenya. En 1926, Ida, la abuela del ilustrador estaba en una expedición de caza en el Congo Belga cuando le disparó a una elefanta. Casi sintió nauseas cuando los ascaris le comentaron que la elefanta estaba preñada. Ese día Ida de Brunhoff se juró que no le volvería a disparar a un elefante. En el mismo momento también nació la idea de Babar.
Los críticos han acusado a los Brunhoff, pues fue el padre el que ilustró los primeros nueve tomos, de presentar el colonialismo como algo bueno, siendo los elefantes los que representan a los nativos y la Anciana Señora la que representa a la metrópoli. Laurent de Brunhoff se ha defendido de estas declaraciones diciendo que él y su mujer solo cuentan la historia de una familia de elefantes, con todo lo bueno y lo malo que les sucede.
Respecto a la actitud de Laurent con el colonialismo quiso retirar de la circulación el segundo tomo de las aventuras de Babar, donde los elefantes luchaban contra los nativos negros, armados éstos últimos con lanzas, escudos y arcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario