Imagen de la serie SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL (RTVE, 1982) |
Niño inquieto y travieso, su padre le sacó de la escuela en repetidad ocasiones por su falta de aplicación en los estudios. El tiempo que no estudiaba lo dedicaba a dibujar y trabajar como barbero, con lo que adquiriño una gran precisión a la hora de manejar la cuchilla del bisturí
Durante sus años de universitario recibió una enseñanza de la medicina basada en la confirmación de los hechos, mas que en la aceptación de las teorías.
En junio de 1873, toma una decisión revolucionaria. En lugar de pagar por quedar exento del servicio militar decide "pagar el precio de sangre con la Patria" y se alista como médico militar. Pasa unos cuantos meses enrolado en un regimiento que persigue a los carlistas por Cataluña, sin entrar jamás en combate. Entonces se le ofrece la oportunidad de ir a Cuba para luchar contra los insurrectos cubanos. La corrupción de los mandos, el desabastecimiento de material médico de calidad y el paludismo hacen que sea necesario repatriarlo con una grave malaria.
Durante los años siguientes se casa, y rompe con su padre durante algunos años. Don Justo, un hombre muy dominante, quería que su hijo aceptase una plaza de médico rural. Ramón quiere investigar, para lo que necesita dinero. Por desgracia, es echado atrás en varias oposiciones a catedrático, "porque no le toda por antugüedad acceder al puesto". En 1883 salta a los titulares por descubrir, durante una epidemia de cólera en Valencia, que la bacteria que lo causa muere en el agua hervida. Las autoridades locales le regalan un microscopio de última generación, con el que ya puede competir con los histólogos más reputados de Europa. No es bacteriólogo como el doctor Ferrán o Pasteur porque esos estudios son más caros que tintar y observar célular.
En 1888 gana una nueva cátedra en Barcelona , y es allí donde descubre que las neuronas son células independientes pero conectadas. En 1884 viaja a la Sociedad Anatómica Alemana con sus preparados, pero como ninguno de los jueces quiere hacer caso a un histólogo español, casi le suplica a uno de ellos que mire por su microscopio. Desde ese momento es un investigador de la biología celular reconocido en Europa, pero el reconocimiento no llega en España hasta que sus alunmnos le traen la carta comunicando la concesión del Nobel, compartido con el histólogo italiano Golgi. Él, en un primer momento, regañó a sus alumnos por "gastar esas bromas tan pesadas".
En 1934 muera Ramon y Cajal en Madrid. Al entierro asisten un científico metido en política, Negrín, y un joven y autodidacta investigador de la Residencia de Estudiantes llamado Severo Ochoa.
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