EL CÍRCULO DEL PODER, de Andrei Konchalovski. (1991)

Esta producción de Hollywood de 1991 fue rodada en el mismísimo Kremlin. Era el final de la Guerra Fría y las dos potencias querían congraciarse entre ellas y encarar lo que quisiera que viniera después.

Iré al grano. Iván Shansin (Tom Hulce) es el proyeccionista del NKVD. Está felizmente casado con Anastasia (Lolita Davidovich). Lo único que empaña su felicidad es que la pareja no puede tener hijos. En 1939 su supervisor recibe una carta del Kremlin donde se solicita el traspaso de los servicios de Shansin al Circulo Interno, la red de los colaboradores domésticos de Stalin (interpretado aquí por Alesandr Bruev).

Shansin ama y teme a partes iguales a Stalin. Lo ama porque protege al pueblo ruso de los alemanes y lo teme porque como un autócrata de cuento, puede quitartelo todo con un gesto y después olvidar que a dado esa orden, y quién eras tú, para siempre.

Anastasia y Shansin ven como sus vecinos, una pareja de opositores, los Gubelman, es enviada a Siberia. Anastasia decide adoptar a su hija Katya. Beria (Bob Hoskins) se fija en Anastasia, y la envía con el grupo de politicos que huyen de Moscú como mucama. Anastasia vuelve embarazada, pierde al niño, enloquece y se suicida. A pesar de que Sanshin ha visto lo peor de Stalin y su camarilla se resiste a dejar de idolatrarle, más aún cuando esa camarilla que se lo ha quitado todo gana la Guerra Patria.

En 1953 salvará a Katya de los tumultos durante el entierro de Stalin, donde perdieron la vida aplastadas cientos de personas. Otros miles fueron fusilados mientras se dirigían al lugar por la Guardia Roja, con La Internacional en los labios, para oculta la mala organización de la capilla ardiente. Se enviaron más invitaciones de las que podía admitir una ciudad industrial como Moscú. En cuanto a Beria sería fusilado por el nuevo dirigente de Rusia, el militar Krushchev.
Alo largo de la película Iván Shansin aprenderá a distinguir el amor frío y cortante como un cuchillo por un autócrara que está demasiado lejos incluso para sus propios familiares y el amor sincero y el afecto de su esposa, entre las promesas de las soflamas de la propaganda que él proyecta, y la promesa de vida de la gente que le rodea.

Para ver:
Shansin habla de proyectores con el mismísimo Stalin. (con subtítulos en español).
https://www.youtube.com/watch?v=02rnagibyXE