El día anterior había tenido lugar un combate entre las baterías de tierra en Oslo con dos buques de guerra alemanes: el Lutzöw y el Blücher, que fue hundido.
El embajador alemán comunicó un ultimatúm de Hitler a Haakon VII: podía rendirse y nombrar primer ministro al líder fascista noruego Lidkun Quisling, o podía huir, en cuyo caso su cabeza sería puesta a precio. Haakon mando de vuelta a la neutral Suecia a la princesa consorte Marta, mientras él y su heredero Olav se quedaban en Noruega.
La Lutfwaffe atacó la aldea de Nybergsund, donde Haakon había lanzado su desafío por radio, con la intención de matarle. Tras una huida a través de los bosques, el rey de Noruega embarcó en el H.M.S. Glasgow hacia Tromso, en el norte, donde se escondió la familia real en una cabaña en medio de bosques patrullados por tropas aliadas y los miembros de la Asociación del Rifle del país.
Cuando se produjo la invasión de Francia por las Ardenas, los aliados tuvieron que atender otros frentes y las tropas embarcaron rumbo a Londres. Haakon embarcó en el H.M.S Devonshire hacia Londres.
Noruega fue ocupada por los alemanes. Se nombró Comisario del Reich a Josef Verboden, que prohibió todos los partidos menos las asociaciones fascistas dirigidas y gestionadas por Lidkun Quisling.
Haakon VII organizó, como el mariscal francés De Gaulle, un Gobierno en el exilio que apoyaba todas las acciones de resistencia contra los invasores. Verboden presionó al Parlamento noruego para que hiciesen abdicar al monarca, pero este contestó que solo aceptaría la abdicación si el Parlamento se lo solicitaba sin presiones de ningún tipo, cosa que no sería el caso, mientras durase la ocupación de Noruega.
Haakon y Olav no regresarían a su país hasta la primavera de 1945.
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