Boudicca fue una gobernante celta de Britania que decidió colaborar con el invasor romano. Las crónicas la describen como una mujer de voz rota, con una cabellera roja como el fuego que le llegaba hasta las caderas. Llevaba un torqués al cuello, algo que los militares romanos juzgaron que era una joya, pero que sin embargo era un símbolo de estatus. Dion Casio dice que sus ropas eran de colores vivos.
Estaba casada con el rey consorte Prasutago, también conocido en algunas crónicas como Esophrasto. Este había pagado a sus guerreros pidiendo prestado dinero a los cuestores militares romanos, por lo que a su muerte los legados decidieron cobrarse las deudas y esclavizaron a los britanos de la zona de la actual Norfolk.
Boudicca alegó que Prasutago tenía descendencia en forma de dos hijas, a lo que el legado Petilio Cerealis comentó que en realidad Roma estaba en su derecho de anexionar Norfolk por la sencilla razón de que las mujeres no heredaban en Roma.
La violación de Boudica y sus dos hijas a manos de unos cobradores de impuestos borrachos y su azotamiento cuando exigió a Cerealis un castigo para los agresores se tradujeron en una revuelta que hizo peligrar el poder de Roma en Britania.
Las tropas britanas arrasaron Camiludunum ( la actual Colchester) a causa de que se había confiscado cosechas y oro a cambio de promesas. Lo único que recibieron los habitantes de Camiludunum fue una estatua de Nerón.
Desgraciadamente, cuando los britanos se enfrentaron a la IX Legión Hispanense en Watlig Street, un lugar indeterminado del sur de Britania, la mezcla de combatientes ancianos, niños de 10 años, mujeres y guerreros varones adultos, no favoreció a Boudica en nada. Los romanos masacraron a mas de 40.000 personas. Nunca se hallaron los cadáveres ni de Boudica ni de sus dos hijas, que combatieron en esa amarga jornada del año 70 después de Cristo.
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