martes, 3 de abril de 2018

SANSÓN, de Bruce Macdonald.

No sé si serán las fechas o que se ha puesto de moda hacer cine bíblico. O quizá la revista Clío de Historia está gestionada por gente muy religiosa, tanto para proponer películas sobre cuestiones religiosas una y otra vez.

¿Qué tenemos en esta ocasión? Una película sobre uno de los Jueces del Antiguo Testamento. Sansón no era un Juez que dirimiera disputas, como tampoco lo fue Gedeón. La etimología más correcta de la palabra es un Justo. ¿Y qué es un Justo? Un líder que aparece como surgido de la nada para solucionar una crisis.

Sansón era un hombre danita, es decir de la tribu de Dan. Su madre recibió el encargo de Yahvé de no beber sidra ni vino durante su gestación, y de abstenerse de comer alimentos impuros. También se comprometió con Yahvé a no cortar el cabello de su hijo. A cambio ese niño se haría hombre y humillaría a los filisteos, un posible miembro de la coalición de los Pueblos del Mar, que asolaban Oriente Medio hacia 1170 a de C.

El caso es que Sansón se casó con una esposa filistea, para disgusto de su padre, Manoa, que se sintió timado por Yahvé. De camino a su boda mató a un león con sus manos. Como broma, durante los esponsales, que duraban una semana, hizo un acertijo para los invitados. La respuesta eran la miel de las abejas y el león que había cazado a solas. La miel que se servía en la boda había salido de la osamenta del león muerto. Si no acertaban la adivinanza, los invitados tendrían que darle un vestido de fiesta hecho con telas costosas. Si la acertaban el regalaría una túnica cara a cada invitado.

Los filisteos amenazaron de muerte a la novia, con quemar su casa con ella y su padre dentro si no les daba la respuesta. Cuando le dieron la respuesta a Sansón, él se limitó a contestar: "Si no hubiéseis arado con mi novilla, nunca habríais acertado". Y mató a 30 filisteos en Ascalón. También ató antorchas a las colas de 300 zorras para destruir las cosechas del invasor filisteo. Por desgracia, los invasores cumplieron su promesa, y quemaron la casa del suegro con la esposa de Sansón dentro.

 Como Juez de Israel hace una serie de hazañas como matar a un ejército de 1000 hombres con una sola quijada de burro. Los israelíes sienten recuperado el orgullo de pueblo, y lo que es más importante se sienten perdonados por Yahvé, tras 40 años de ofenderle rezando a Baal, una divinidad fenicia, y a Aserá, la que fue presentada como la esposa de Yahvé.

Los filisteos hacen huir a Sansón tras 20 años de hostilidades. Él se refugia en Gaza, donde se hospeda en casa de una prostituta. Los filisteos envían una unidad militar para prenderle y él no solo mata a sus miembros sino que se lleva las puertas de la ciudad con él, lo que deja a sus habitantes en una situación delicada, sin un medio efectivo de defenderse de sus posibles agresores israelitas.

Entonces inicia la relación con otra filistea, Dalila. Esta intenta sonsacar el secreto de la fuerza sobrehumana del hombre que la han pagado por destruir: que si átame con cuerdas húmedas, que si divide mi pelo en siete trenzas y clávalo con clavos de hierro... Nada funciona. Cuando Sansón se cansa del juego y le revela que un corte de pelo le quitará su fuerza sobrehumana, el Juez está acabado.

Los filisteos lo capturan, le arrancan los ojos. lo trasladan a Gaza y le hacen presenciar una invocación de Dagón, una divinidad del mar. Sansón le pide a Dios que le devuelva sus fuerzas sobrenaturales y derriba las columnas que sustentan el templo de la divinidad pagana. Mata más filisteos con este acto que en toda su vida como Juez de los israelitas.

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