lunes, 7 de mayo de 2018

Gandhi no era tan bueno como creemos.

Para empezar, Ghandi empezó siendo clasista y racista, como todos los miembros de su casta alta. Antes de viajar a Sudáfrica opinaba que la tutela de los británicos era buena, porque existían pueblos que "no podían gestionar sus problemas por sí mismos".

En 1893 viaja a Sudáfrica como miembro de un buffette de abogados. Compra un billete de primera clase en la estación de Pietermaritzburg y se acomoda en el asiento que ha pagado, hasta que un  revisor le comunica con maneras brutales que los indios y los negros viajan atrás, en los compartimentos de tercera. Ghandi protesta porque le esperan para firmar unos contratos en Pretoria.  pero es en vano, porque los otros viajeros blancos no le apoyan. Así que Ghandi se traslada al vagón incómodo de tercera clase.

Allí le observan con caras resignadas los coloured, los negros y los indios, por ser más explícitos. Gandhi viste con ropas caras, ha estudiado en colegios ingleses, pero basta un solo energúmeno blanco cuyas  únicas habilidades consisten en esgrimir una porra para que todo eso se venga abajo.

Ghandi tenía conciencia de clase. Era hijo del primer ministro de Porbandur, un principado al noroeste de La India. Pertenecía a la casta de los banias, dedicados a actividades comerciales.

Siguiendo la costumbre, su familia lo casó a los 13 años con Kasturbai, una chica con la que lo habían prometido desde los 6. Cuando fue padre de su primer hijo, su padre lo mandó a Londres a estudiar en los mejores colegios privados.

Tras el incidente de Pietermaritzburg, Gandhi destaca por ser un activista de las minorías oprimidas por el colonialismo británico en África Austral. Allí se quedó durante los siguientes 22 años. En Sudáfrica lee a autores del realismo ruso como León Tostoi y Ruskin, de donde saca la idea de la resistencia pacífica. El hecho de que el ejército británico utilizase en Amritsar una ametralladora contra una multitud desarmadas con el resultado de 400 bajas también le animó mucho a no dar nunca algo que los británico pudieran entender como una insurrección armada.

Cuando vuelve a Inglaterra en 1915 ( en el mismo barco que transporta a uno de los últimos virreyes de La India) ha adoptado ropas hindúes como el dhoti, un taparrabos que deja al descubierto sus huesudas canillas.

En 1927 vuelve al activismo y se pone al servicio del Congreso Nacional. Protagoniza la Marcha de la Sal en 1932 y una campaña para quemar la ropa de fabricación inglesa que termina provocando muertes entre los policías que tratan de evitarla. Gandhi, presionado por el giro violento que toman sus seguidores, la interrumpe.

En 1942, en su actuación más polémica se niega a que La India apoye al Reino Unido en la Sewgunda Guerra Mundial. Escribe una polémica carta a Churchill proponiéndole que dejara que los nazis invadan la isla y aplicara con ellos la desobediencia civil. Menos mal que Churchill era un colonialistra blanco de pelo en pecho y no llegó a leer la carta. Churchill se refería a Gandhi como "Ese faquir medio desnudo..."

En 1947 Inglaterra renuncia a la India como colonia. Las tensiones entre hunduístas y musulmanes han llegado a tal punto que se recomienda un reparto. Los estados de mayoría musulmana se convertirán en Pakistán, bajo el mandato del lider comunista Jinah. El  sur será para los hinduístas. Gandhi intentá calmar los animos de unos y otros personándose en las zonas de conflicto, para evitar matanzas, pero solo sirve para que se gane el odio de unos y otros.

Gandhi se encamina en la noche del 30 de enero de 1948 al rezo comunal cuando unn radical de derechas hindú le disparó tres balas. Lo último que dice es "Oh, Rama".

Como buen jainista por parte de madre que era, Gandhi se resistía a matar animales, incluyendo los gérmenes patógenos. Se negó a administrar a Kasturbai las medicinas que hubieran podido salvarle la vida. Creía que todo se podía prevenir siguiendo una dieta crudívora y de lácteos.

Si los británicos hubieran querido desacrerditar ante la comunidad internacional a Gahdhi su vida sexual de ásceta les hubiera dado munición suficiente. A los 13 años no pudo asistir a la agonía de su padre porque estaba yaciendo con Kasturbai. Un criado interrumpió el coito para decirle que su padre había fallecido reclamando su presencia.

El sentimiento de culpa le llevó a abrazar a los 30 años una vida de celibato. No consultó para nada a su esposa. Para probar a prueba sus instintos dormía con jovencitas desnudas. Es frecuente que los hombres de casta alta lo hagan con sus esposas. De hecho la práctica se parece a algo que recomendaban por aquella época los curas católicos a las parejas jóvenes llamado las tres noches de Tobías. Entre las muchachitas con las que ponía a prueba su celibato estaba su sobrina nieta Manu.

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