martes, 22 de mayo de 2018

Las hermanas Fox y el espiritismo.

Las historias acerca de conectar con los espírtus comenzaron en 1848, en las cercanías de Hidesville, un pueblecito de las cercanías de Nueva York. Allí vivía unmatrimonio canadiense con sus dos hijas: Maggie- de 15 años- y Katie - de once-. Había una tercera hija ya independizada, Leah, una treintaañera radicada en la población de Rochester y madre de Lizzie, de 11 años.

La familia Fox vivía en una cabaña de dos plantas. A finales de 1847 se empezaron a escuchar unos extraños chasquios cada vez que las doos niñas de la familia se metían en la cama. Era un juego infantil en el que las niñas hacían chasquear los dedos de los pies, pero la madre no lo sabía y estaba aterrorizada. Preguntó al vacío si se trataba de un espíritu y las dos niñas la complacieron no sacándola de su error y chasqueando los dedos de los pies tres veces por sugerencia indirecta de Margaret Fox.

Poco a poco las niñas refinaron el sistema de llamar la atención de los adultos chasqueando los dedos de los pies al sonar la letra del abecedario correcta. Las chiquillas se sacaron de la manga la historia del truculento asesinato del buhonero Charles Bryan Rosma a manos de un vecino y enterrado en el sotano de la cabaña.Los adultos estaban fascinados por este morboso entretenimiento y a ninguno se le ocurrió la idea de comprobar si había restos mortales en el sótano de la casita de madera de los Fox.

Por supuesto no engañaron a su hermana Leah, que las obligó a confesar el truco. Decidió exprimir a los incautos tras invertir en el alquiler del Salón Corinthian, lo más parecido a una sala de espectáculo en Rochester. Por una módica entrada de 50 centavos Charles Bryan Rosma contaba cómo era el más allá.

Un médico de Rochester hizo crujir los dedos de sus pies para explicar al público cómo se podía lohgrar el mismo efecto que los espíritus. Se apellidaba Potts.

En 1850 llamaron la atención de un promotor de espectáculos, Horace Greeley, que las invitó a hacer su espectáculo en Nueva York. Para entonces ya existían publicaciones sobre cómo contactar con los espíritus. Las hermanas Fox actuaban delante de grupos de hasta 50 personas. Utilizaban trucos de ilusionismo como fijar la mirada en un punto fijo frente a ellas para que la gente no sospechara la estafa.

En 1856 Maggie se casa en secreto con el explorador polar Elisha Kent. Es un matrimonio trágico porque él muere durante un viaje a Inglaterra pocos meses después. La familia procuró que ella no viera ni un penique de la herencia y no se le permitió asistir al entierro. La astuta Leah se había casado con el banquero Daniel Underhill, y ya no necesitaba a sus hermanas para mantener la ficción de que se comunicaba con los espíritus. Las repudíó publicamente.

Maggie y Katie terminaron alcoholizadas y desenmascaradas por los científicos. Hicieron una gira donde explicaban cómo hacían sus trucos de ilusionismo pero la gente quería, deseaba creer que se comunicaban con los difuntos, y fueron abucheadas en varias sesiones. Murieron en la miseria.Katie incluso apareció muerta en 1892 en las calles de Nueva York. Maggie murió al año siguiente arruinada mientras se alojaba en casa de una amiga.

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