jueves, 21 de junio de 2018

Soldados de Salamina, de David Trueba. (2002)

30 de enero de 1939. En Santa María de Collell el ejército republicano va a fusilar a algunos simpatizantes franquistas. Uno de ellos escapa en medio de la balacera. Varios milicianos salen en su busca. Uno de ellos, apellidado Miralles, lo encuentra escondido entre la maleza. Los dos hombres se miran fijamente. Miralles grita: "Aquí no hay nadie".

Javier Cercas escribió una novela sobre esta ejecución frustrada llamada SOLDADOS DE SALAMINA. Es una novela de no ficción, ya que Miralles y Sánchez Mazas existieron realmente y tuvieron dos destinos diferentes.

Sánchez Mazas, fundador y ideólogo de la Falange, pasó a la zona sublevada,  tras recibir ayuda desinteresada de algunas personas de la región, los "amigos del bosque", ocupó un ministerio sin cartera entre agosto de 1939 y agosto de 1940, fue nombrado Director del Museo del Prado en 1951 y admitido en la Real Academia de la Lengua española en 1966.

Miralles luchó con la Resistencia Francesa contra los invasores nazis y cuando Cercas lo encontró - porque la novela y la película van de eso- estaba veraneando en Castelldefells, en un camping.

David Trueba hizo que la película la protagonizara Ariadana Gil, en el papel de Lola, una historiadora interesada en la Guerra Civil Española. Quiere saber qué estaba pensando Miralles el día en que dejó que la Historia corriera y no delató a Sánchez Mazas. Qué vio en sus ojos.

La película dice que, aunque el talante que lleva a aceptar la muerte tal como la aceptaban los españoles en 1939, como la aceptó todo el mundo en la Segunda Guerra Mundial, es tan remoto como las vicisitudes de los soldados arenienses en la remota batalla de Salamina, no lo son las heridas que causó, la perdida de la inocencia de tosdo un país. Heridas que duelen aún hoy, gritos de dolor que ahogamos para no perdernos el presente. El hecho de que los políticos populistas de Podemos intenten ganar la guerra en los escaños parlamentarios demonizando al PP - que no son los fascistas de la Guerra Civil, como los de Podemos tampoco son los milicianos- nos hablan de buscar dar un final feliz a una situación que no encontró remedio, viciada de raíz. Perdieron hasta los vencedores.

En cuanto a Sánchez Mazas, era un personaje simpático. Le gustaba la estética fascista pero jamás se deleitó en el sufrimiento de los republicanos vencidos ni en el escarnio de sus familias. Jamás disparó un solo tiro en toda la Guerra Civil. Algunos historiadores dicen que Miralles le perdonó la vida a otro aquel día de invierno de 1939, que Sanchez Mazas fue canjeado por otros presos o por dinero.

PARA VER:

Miralles canta Suspiros de España bajo la lluvia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Casa Real española. Fernando Almansa ( de 1993 a 2002) y Alberto Aza (2002 a 2011).

  La revista XL Semanal, con motivo del 20º Aniversario de la boda de Felipe VI, el actual monarca español con la periodista Letizia Ortiz e...