jueves, 12 de julio de 2018

La mujer que sabía leer, de Marine Francen. (2018)

Un día de 1851 un grupo de soldados llega a una aldea francesa de la Alta Provenza y se lleva a todos los hombres. No son partidarios del nuevo amo de Francia, Luis Napoleón Bonaparte que se proclamaría un año más tarde como Napoleón III. La represión con los elementos republicanos que siguió es el punto de partida de esta apasionante cinta de Marine Francen.

Después de varios años de obligado gineceo las mujeres votan lo siguiente: si aparece un hombre por la aldea lo compartirán para que las jóvenes sepuedan quedar embarazadas. Pero una de ellas, Violette, inicia una relación muy personal con Jean, un herrero recién llegado y luchará entre la obligación con su comunidad y sus deseos hacia él.

El contexto histórico:

El escritor Víctor Hugo, enemigo declarado de Napoleón III, vaticinó el trinfo político del  sobrino de Napoleón I: "No es un príncipe el que vuelve: es una idea. Desde 1815 el pueblo espera a Napoleón..."En diciembre de 1848, Luis Napoleón Bonaparte es elegido presidente de la Segunda República con el apoyo de las clases populares. Eran las primeras elecciones celebradas en Francia,y su vencedoe era el sobrino de Bonaparte.

La Constitución francesa decía que el jefe del poder ejecutivo no podía ser reelegido tras un mandato de cuatro años, pero Napoleón III dio un golpe de Estado el 2 de diciembre de 1852 y empezó a llevar a cabo un programa político centralista y autoritario.

Socialistas y republicanos fueron apartados de los círculos del poder. En este contexto se puede entender la escena de la película donde los soldados llegan a la pequeña aldea de los Alpes y se llevan a todos los hombres para deportarlos.

Austria, Prusia y Rusia miran con desconfianza los acontecimientos de Francia. Temen tener que regresar al campo de batalla, como en tiempos de su tío. Aventuras como las de poner a Maximiliano de Habsburgo en el trono de México hacen que le sigan a ciegas las clases populares, que antes de todo esto tenían la moral por los suelos.

Inglaterra encuentra en la nueva Francia de Napoleón III un nuevo aliado para sus intereses. Los burgueses sienten que pueden hacer sus negocios sin temor a huelgas y levantamientos por parte de sus obreros. No es la guerra, sino la prosperidad, pero a qué precio.

PARA VER:

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