viernes, 13 de julio de 2018

Sobre la serie de terror y expediciones árticas THE TERROR.



Edgar Allan Poe lo sabía perfectamente. El espacio cerrado de los barcos, los ambientes hostiles de las expediciones y las creencias de los marineros en lo sobrenatural eran el caldo de cultivo de la perfecta novela de terror gótica. Por eso escribió LAS AVENTURAS DE ARTHUR GORDON PYM y la ambientó en un imaginario Polo Sur de pesadilla.

THE TERROR es una historia inspirada en la desaparecida expedición de sir John Franklin. Este hombre era pariente de uno de los últimos exploradores del Pacífico, Matthew Flinders. Participó como guardamarina en la batalla de Trafalgar y en la guerra de 1812 contra los estadounidenses. Fue gobernador de Nueva Gales del Sur. Y participó en cuatro expediciones para encontrar el Paso Noroeste, una de las cuales tuvo que comerse el cinturón, la funda del rifle y las botas. De los 20 hombres que partieron para encontrar un paso entre el Atlántico y el Pacífico por tierra solo llegaron a un puesto comercial 9. Sin resultados.

Fue nombrado oficial comandante de la expedición de 1847 por pura casualidad. El fracaso de las anteriores expediciones al Ártico de Franklin hicieron que el Almirantazgo estudiase enviar hombres con un historial mas corto pero sin fracasos en su hoja de servicios como Crozier y Fitzjames.

¿Qué les pasó a estos 129 hombres? Al fin y al cabo estaban en los dos barcos de exploración más modernos de mediados del siglo XIX. Tenían comida enlatada, chocolate, instrumentos de navegación de alta tecnología, y una desalinizadora de agua    marina, un daguerrotipo y una biblioteca con más de 2.000 titulos. Parece ser que las latas estaban mal fabricadas por lo que produjeron envenenamiento con plomo a los hombres atrapados en el hielo, y con el tiempo la enfermedad de Addison. También la tuberculosis y el escorbuto se cobraron su tributo en vidas.

Muchos hombres murieron de hambre porque comer con envenenamiento de plomo en los huesos y los pulmones causaba un dolor indescriptible al comer, por lo que preferían pasar hambre que comerse sus raciones.

Entre 1847 y 1861 se enviaron numerosas expediciones al Ártico en busca de los hombres de Franklin. Una de ellas encontró los cadáveres de tres hombres congelados, entre ellos el de William Braine, una de las momias naturales mejor conservadas del siglo XIX. Las autopsias hablan de envenenamiento por plomo.

Con el tiempo se encontraron más de 30 cuerpos, entre ellos el de Crozier, el lugarteniente de Franklin, que tenía marcas de descarnamiento por cuchillo en la carne. Eso nos habla de canibalismo. O bien se acabaron las provisiones o los hombres decidieron comer lo único que sabían que no les pondría enfermos.

Se interrogó a los inuits. Estos tenían cuchillos de hierro que no podían conseguir en los puestos comerciales de Canadá, entre otras cosas porque estaba penalizado dárselos. ¿Cómo los consiguieron? Uno de ellos habló de un grupo de 30 hombres que avanzaban hacia el sur penosamente mientras tiraban del ataúd de Crozier. De hecho, Crozier apareció en su ataúd escoltado al más allá por dos hombres y un montón de libros de oración desencuadernados.

Los pocos inuits que trataron con esos hombres dicen que hablaban de una bestia blanca. Posiblemente un oso polar. Se sabe que los osos polares son los únicos depredadores que acechan y persiguen largas distancias a los humanos.

Pero se trata de 30 hombres de un total de 129. ¿Qué decidieron hacer los demás? Hay quien dice que decidieron esperar el verano o la muerte, lo que llegase primero en su trampa de hielo junto a la isla del Príncipe Guillermo, y que quizá encontraron el Paso Noroeste antes de que Admunsen lo lograse en 1906. El Erebus apareció mucho más al Norte, en Red Bay. Parte de su casco estaba quemado y sus lanchas salvavidas habían sido usadas para hacer leña.

Otro personaje de este serie producida por Ridley Scott, este imaginario, es Lady Silencio, una inuit, hija de un chamán  de la etnia Netsilik. La actriz y cantante Nive Nielsen interpretó a esta muchacha misteriosa a pesar de que tuvo que aprender un dialecto inuit distinto del suyo, porque ella suele hablar el dialecto de Gjoa. Se distraía explicando a los actores curiosidades de su propio pueblo.

Otra particularidad de la serie es que el clima no es el mismo que en 1847 por culpa del cambio climático. A los especialistas en efectos especiales les costó hacer creer que las réplicas del Terror y el Erebus estaban atrapadas en el hielo porque se obstinó en hacer buen tiempo todo el tiempo de rodaje.

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