domingo, 16 de septiembre de 2018

Billy el Niño, el torturador de la Politico- Social.

Antonio González Pacheco. No le dirijan la palabra. Evítenle. Incluso en 2018 es PELIGROSO.
Probablemente las personas realmente malvadas no lleguen a ser jamás castigadas. Se llama en realidad Antonio González Pacheco y fue el maestro de las torturas de los calabozos de la Plaza del Sol, donde estaba situado el cuartel General de la Dirección General de Seguridad. Si en 1970 tus ideas no eran las que Franco dictaba desde el Pardo estabas más cerca de encontrarte en poder de los interrogadores de la Politico- Social. Y lo que te esperaba no era precisamente bueno.

En 1974 estalló un artefacto explosivo en la cafetería Rolando, también en la Plaza del Sol, y los torturadores del edificio de al lado se lo tomaron como algo personal. Se supone que es uno de los atentados de uno de los muchos grupos terroristas de la época, como el FRAP o la incipiente ETA. El caso es que nadie lo reivindicó, y es uno de los grandes misterios del tardofranquismo.

Lidia Falcón y su hija fueron detenidas como sospechosas de poner el explosivo. Los interrogadores las encerraron enceldas separadas. Lidia preguntó por su hija. "La hemos encerrado con varios hombres... Igual se echa novio y todo...", fue le respuesta de Antonio Pacheco. Hay que ser malo para reaccionar así ante la mas que natural preocupación de una madre.

Luego un médico hizo una revisión médica y psiquiátrica de Lidia. Terminada la cual empezaron los golpes. Patadas, bofetadas, puñetazos en la  nuca y las sienes. Pacheco se ensañaba especialmente con las mujeres. De hecho a Lidia Falcón le preguntó si había tenido hijos y luego decidió darle puñetazos en el bajo vientre para volverla estéril. "Ya no parirás más, puta asquerosa. No más niños rojos en este mundo".

Tardaron nueve días en comprender que nunca, salvo casualidad, capturarían a los terroristas de la cafeteria Rolando y en soltar a las dos mujeres. Otra víctima de Antonio Pacheco fue el estudiante de Periodismo Paco Lobatón. También es posible que fuera el responsable de la muerte de Ruano, un estudiante que "se tiró" (?) por la ventana durante los interrogatorios, estando al mando como supervisor Pacheco.

Roberto Conesa, que fue el anfitrión de Himmler durante su visita, escogió a Billy el Niño por su brutalidad. No se sabe cuál es el origen del apodo. Quizá por su afición por las carreras de atletismo de larga distancia, o quizá porque superaba con éxito los límites que le imponían sus jefes a la hora de recolectar información.

En 1977 un grupo de pistoleros de extrema derecha mataron a un grupo de abogados laboralistas en Atocha. Conesa y Pacheco fueron llamados a declarar, algo que rehusaron.

En 1982 Billy el Niño fue cesado de sus cargos en la Policía y se dedicó a gestionar empresas de seguridad privadas. La Policía no quería a los "descontrolados" del régimen franquista. Solo los miembros del grupo del general Galindo ( el GAL) pudieron actuar con impunidad, siempre que las víctimas fueran del entorno abertzale. Las autoridades también se cansaron de ellos en 1995.

Antonio González Pacheco en la actualidad vive amedrentado por los vecinos, por los transeuntes, por las consecuencias de su reinado del terror. Le han retirado el pasaporte e incluso hablan de obligarle a devolver una condecoración del Ministerio del Interior otorgada en 1977. Casi va a la cárcel por un incidente donde golpeó a una mujer en una cafetería del barrio de la Moncloa. La mujer acabó en el Hospital. No ha trascendido más a la prensa.

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