Borodinó.

BATALLA DE BORODINÖ
7 de septiembre de 1812.

La aldea de Borodinó se encuetra a unos 100 kilómetros al oeste de Moscú, cerca del río Moscova. Allí tuvo lugar una de las más sangrientas batallas de las guerras napoleónicas.

El 7 de septiembre de 1812 el general ruso Kutúzov decidió dejar de retirarse y jugárselo todo en una batalla en campo abierto contra los franceses. Construyó barricadas y fortificaciones para estorbar el vance francés hacia la capital, Moscú. Su ala derecha ocupaba un terreno fácil de defender por lo que los franceses no tuvieron más opción que presionar por la izquierda durante buena parte de la contienda.

Napoleón temía que si flanqueaba a los rusos y fallaba estos podían hacerse fuertes dentro de Moscú, por lo que optó por un ataque frontal a lo largo de una línea del frente de conco kilómetros. La artillería francesa mataba eslavos a diestro y simiestro, pero los fusileros franceses no podían abrir una brecha en las impenetrables líneas rusas. Quizá a causa del humo de la artillería Bonaparte no quiso emplear a la Guardia Imperial - 20.000 hombres veteranos de élite- no a los 10.000 soldados de reserva.

Sin duda fue una suerte para Kutúzov que estaba empleando todas sus fuerzas disponibles, porque si no habría sido un descalabro para las tropas rusas. Los cañonazos duraron desde las seis de la mañana hasta el anochecer. Kutuzov hizo recuento de bajas. Había perdido a un tercio de sus hombres, por lo que decidió retirarse.

Una semana después Napoleón entraba en Moscú, pero como no había conseguido doblegar a las tropas rusas, el zar Alejandro no capituló. Por esas ironías del destino, la victoria pírrica de las tropas francesas se convirtió en el principio del fin de las aspiraciones de Bonaparte en Europa.