sábado, 16 de febrero de 2019

Cannas.

Cannas. (2 de agosto de 216 a C).

Estamos en medio de la Segunda Guerra Púnica, un enfrentamieto entre la incipiente Roma y la antigua colonia  fenicia Cartago, en el norte de África, por el control del Mediterráneo. Anibal, el general cartaginés había dado un golpe de efecto invadiendo Italia a través de los Alpes con su ejército mercenario de libios, númidas, hispanos y celtas, que arrasaban por donde pasaban.

En tan solo dos batallas ( río Trebia y Lago Trasimeno) los cartagineses habían causado 50.000 bajas a unas desprevenidas y mal dirigidas legiones romanas. Roma decidió aplicar la dóctrina táctica de Máximo Fabio, de cortar las líneas de suministros de los cartagineses, pero los cónsules de ese año, Varrón y Emilio Paulo, el suegro de Espición el Africano, decidieron intentar una batalla en campo abierto.

Aníbal se hace con una fuente de suministros cerca de Cannae, en la región sureña de Apulia. Varrón y Emilio Paulo lo esperan a lo largo del río Ofanto. Ánibal contaba con 40.000 soldados de infantería y 10.000 jinetes; Roma contaba con 80.000 soldados de infantería y 6.000 jinetes.

Los cónsules romanos colocaron a su infantería ligera en el centro y en los flancos a su caballería ligera. En cambio, Ánibal desplegó sus mejores tropas en los flancos. Los hispanos y los galos recibieron lo peor de la acometida de los legionarios. El centro del ejército cartaginés se iba retirando, dando una falsa impresión de que Roma estaba ganando. Pero el plan de Ánibal era atraer al enemigo a un espacio entre las tropas libias que aún no se habían comprometido en la batalla. Entonces dio la señal, y los libios atacaron los flancos desprotegidos de las legiones en una formación de tenaza.

La retaguardia romana, al verse atacada, presionaba sobre su vanguardia, no podía detenerse, por lo que los jinetes númidas de Masinisa cerraron el cerco y allí empezó la matanza. Roma volvió a las tácticas de Fabio Máximo ante la consigna de este senador de: "Se acabaron los actos de grandeza. Privemos a Ánibal de aquello que le hace poderoso: un campo de batalla".

Cartago: 50.000 soldados. Muertos: 10.000.
Roma: 86.000 legionarios. Muertos: 50.000.

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