-¿Que és la piratería?
-Pirata sería el marino que usando el mar como camino y los recursos navales como herramienta, se dedica a la comisión de fechorías contra las personas y los bienes de otros navegantes o de los habitantes de las costas, en beneficio propio y asumiendo el riesgo.
¿Cuándo empiezan los registros de actos de piratería?
-Heródoto cuenta en su primer tomo de Historia que las guerras entre griegos y asiáticos comenzaron con un acto de piratería. Unos mercaderes fenicios raptaron en alta mar a una princesa de Argos y a sus doncellas, aprovachédose de la relación comercial que habían establecido con los argivos.
-¿Y la guerra de corso?
-El corsario comete actos de piratería por afán de lucro personal, pero en provecho del Estado, en lo bélico. De todas maneras, los corsarios se dedican a la piratería en tiempos de par, y muchos piratas lavan su imagen pública aceptando una patente de corso en tiempos de guerra.
En la Antigüedad clásico existieron estados corsarios como la isla de Samos, bajo el gobierno del tirano Polícrates. En la Baja Edad Media, todos los incipientes Estados modernos recurrieron a los corsarios en un momento u otro. Uno de los primeros reinos cristianos en redactar patentes de corso fue la Corona de Aragón en el siglo XIV.
-Los historiadores dicen que fue la firma del Tratado de Tordesillas de 1494, cuando Portugal y Castilla se repartieron el mundo, es el pistoletazo de salida de la Edad Dorada de la Piratería.
-Mas que de la piratería, del corso. Francisco I fue el primero en autorizar y fomentar el asalto de naves portuguesas y castellanas en el Atlántico. Solía decir, cuando le sacaban el tema del Tratado de Tordesillas, que deseaba ver el Testamento de Adán, para ver si realmente Francia estaba excluída del reparto del pastel.
-¿Hasta qué punto la piratería en América dañó el poderío comercial español?
-Los piratas desarticularon las defensas costeras y las líneas de navegación. A principios del siglo XVII los piratas tomaron Panamá, Cartagena de Indias e incluso Guayaquil. Pero no nos hicieron el menor daño económico porque el oro y la plata seguían llegando a Sevilla. Causaron más daño a España los contrabandistas, que asaltaban barcos de mercancías como el tabaco u otros productos americanos.
-¿Es entonces cuando aparecen los "free boaters", o filibusteros, tripulaciones forajidas que no respondían ante nadie?
-El filibusterismo, que se dio en el Caribe entre los siglos XVI y XVII, era una realidad una actividad corsaria. Henry Morgan o David Nau, el Olonés, reclutaban marineron en sus países de origen mientras las autoridades navales les dejaban hacer. Sus rapiñas beneficiaban a los Estados de los que eran originarios y, además, éstos les proporcionaban mercados para vender lo hurtado, así como puertos francos donde acogerse en caso de persecución.
-Algunos historiadores presentan a los piratas como nos precursores de la democracia: el capitán era elegido por mayoría y podía ser sustituído po otro; el reparto del botín era equitativo; indemnizaban a los mutilados y había que firmar un contrato vinculante para unirse a una tripulación.
-La elección de un pirata por parte de la tripulación venía determinada por su eficacia para la gestión y sobre todo por su aportación de medios de producción. Es decir, la nave, los víveres, el armamento y el capital para llevar a cabo la razzia. El capitán no era el presidente de una república igualitaria, sino un Dios con derecho de vida y muerte sobre sus súbditos, en mayor medida que en los buques militares y en los mercantes. Los motines eran frecuentes entre las tripulaciones voluntarias.
Las indennizaciones por mutilación durante los asaltos, que recuerdan a una primigenia Seguridad Social, en realidad, la Cofradía de los Hermanos de la Costa las copió del de los navíos mercantes de la Compañía holandesa de las Indias.
El reparto del botín es proporcional al puesto de responsabilidad, no equitativo entre todos los marinos implicado en el acto de piratería, porque si no sería imposible reclutar una tripulación competente.
Un caso muy curioso es el de los capitanes Misson y Caraccioli - un napolitano súbdito de la Corona de España-que intentaron fundar una colonia libertaria en Madagascar. Pero ya se trataba de piratas ilustrados, es decir, impregnados de ideología racionalista, que poco tenían que ver con sus predecesores. Podrían considerarse antecesores de los piratas políticos del siglo XX. Por ejemplo un grupo armado hispanoportugués, conocido como el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación secuestró el transatlántico Santa María en 1963.
-¿Cómo acabó la Edad Dorada de la Piratería?
Tras el Tratado de Utretch de 1713, los corsarios usados por potencias como Inglaterra y las otras potencias europeas perdieron su valor estratégico. Todos ellos se vieron en la tesituta de desaparecer o convertirse en piratas, con todo lo que ello suponía. Fue una época dorada con los piratas Barbanegra, Kid, England, Avery... Pero las marinas de guerra ya habían barrido de los mares a estos personajes hacia 1720.
-Pero hay piratas en pleno siglo XXI.
- La Compañía de Seguros LLoyd´s registra cientos de denuncias de actos de piratería cada año por parte de mercantes y balandristas. Los puntos caliente son el Estrecho de Malaca y la costa del Cuerno de África. También hay tripulaciones del crimen organizado en el Amazonas o en la Bahía de Río de Janeiro que asaltan barcos de turistas y pescadores. Los traficantes de drogas y de emigrantes clandestinos, en mi opinión, han sustituído a los piratas y los negreros de antaño.
-La elección de un pirata por parte de la tripulación venía determinada por su eficacia para la gestión y sobre todo por su aportación de medios de producción. Es decir, la nave, los víveres, el armamento y el capital para llevar a cabo la razzia. El capitán no era el presidente de una república igualitaria, sino un Dios con derecho de vida y muerte sobre sus súbditos, en mayor medida que en los buques militares y en los mercantes. Los motines eran frecuentes entre las tripulaciones voluntarias.
Las indennizaciones por mutilación durante los asaltos, que recuerdan a una primigenia Seguridad Social, en realidad, la Cofradía de los Hermanos de la Costa las copió del de los navíos mercantes de la Compañía holandesa de las Indias.
El reparto del botín es proporcional al puesto de responsabilidad, no equitativo entre todos los marinos implicado en el acto de piratería, porque si no sería imposible reclutar una tripulación competente.
Un caso muy curioso es el de los capitanes Misson y Caraccioli - un napolitano súbdito de la Corona de España-que intentaron fundar una colonia libertaria en Madagascar. Pero ya se trataba de piratas ilustrados, es decir, impregnados de ideología racionalista, que poco tenían que ver con sus predecesores. Podrían considerarse antecesores de los piratas políticos del siglo XX. Por ejemplo un grupo armado hispanoportugués, conocido como el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación secuestró el transatlántico Santa María en 1963.
-¿Cómo acabó la Edad Dorada de la Piratería?
Tras el Tratado de Utretch de 1713, los corsarios usados por potencias como Inglaterra y las otras potencias europeas perdieron su valor estratégico. Todos ellos se vieron en la tesituta de desaparecer o convertirse en piratas, con todo lo que ello suponía. Fue una época dorada con los piratas Barbanegra, Kid, England, Avery... Pero las marinas de guerra ya habían barrido de los mares a estos personajes hacia 1720.
-Pero hay piratas en pleno siglo XXI.
- La Compañía de Seguros LLoyd´s registra cientos de denuncias de actos de piratería cada año por parte de mercantes y balandristas. Los puntos caliente son el Estrecho de Malaca y la costa del Cuerno de África. También hay tripulaciones del crimen organizado en el Amazonas o en la Bahía de Río de Janeiro que asaltan barcos de turistas y pescadores. Los traficantes de drogas y de emigrantes clandestinos, en mi opinión, han sustituído a los piratas y los negreros de antaño.
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