En los años 2000 era imposible no ser una respetable figura del PP y no tener un cocker criado por el alcalde Oviedo, Gabino de Lorenzo. Fue de esta manera que Zico y Gufa llegaron a manos de los Aznar.
Cuenta la secretaria de Presidencia de la Moncloa de aquellos años, María Ángeles López de Celis, que Zico y Gufa le cogieron mania al vicepresidente Cascos, al que llamaban por entonces "el doberman". Los dos cockers le mostraban los dientes y ladraban intentando cobrarse tan jugosa pieza. Cascos siempre se ponía a buen recaudo y les hacía un corte de mangas. Hasta el día que no corrió mas que los perros del presidente y estos le hincaron el diente.
Quizá fue rivalidad entre razas de perros, porque, como todos sabemos, a los cockers no les gustan los doberman. Quizá eran perros socialistas y preferirían haber tenido como amo a Zapatero. Lo más seguro - ahora hablando en serio- es que Zico, el macho, fuese un perro especialmente dominante, ya que testigos de la época dicen que no es al vicepresidente Cascos al unico que quería morder. Pero que su carácter se dulcificó con los años y la muerte de Gufa en 2009.
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