En 2011 la DEA detuvo gracias a la intervención de unos teléfonos de miembros del cártel de Sinaloa a Leo Sharp, alias el Tata. Lo interceptaron en una carretera de los Estados Unidos con 100 kilos de cocaína a bordo de una furgoneta pick up. Lo más sorprendente es por qué el Tata había burlado las patrullas de la DEA y la Policía de Aduanas durante tres años. Era un octogenario. El tipo de persona que no se espera que haga una enormidad de este calibre.
Condenado a tres años de cárcel fue excarcelado en 2014 a causa del deterioro de su salud. Murió por causas naturales en 2016.
Clint Eastwood (el actor) leyó en los periódicos acerca de este individuo y decidió interpretarlo. Sería un antihéroe que se mete en el negocio de las drogas sin saberlo, por ganar un dinero imprescindible para recuperar su negocio de horticultura, embargado por el auge de las compras de flores por Internet.
La película parece incidir que salvo los jefes de los cárteles de la droga, todo el mundo, incluso los criminales, tienden a ser buenos y comprensivos, incluso los que tienen menos razones para serlo. Julio, el vigilante hostil, cuya misión es vigilar que Earl Stone, el Tata de ficción interpretado por Eastwood, siga las rutas marcadas y cumpla los plazos le dice que el cártel es su familia, que no conoce otra vida y que las alternativas al clan son peores para él. Matar de cuando en cuando o aceptar la posibilidad de una detención o de una muerte violenta a cambio de estar integrados son el precio a pagar.
Incluso los agentes de la DEA que finalmente lo detienen son amables con Earl, comprenden sus razones. Es difícil ver como un villano a un tipo que blanquea el dinero pagando los estudios universitarios de su nieta, o invertiendolo en las instalaciones del Club de Veteranos, aunque todos seamos conscientes de que la cocaína es un torpedo en la línea de flotación de todas estas cosas.
Eastwood defiende los valores de una América condenada a desaparecer en manos de la velocidad de la tecnología y de los nuevos tiempos. El trabajo duro, la familia, la comunidad tradicional, etc... Es cuando esto desaparece, cuando Earl queda desamparado, sin una guía de ruta para marcarle el camino, cuando se mete de forma ingenua en su trabajo de mensajero del Cártel de Sinaloa. Y es allí donde encuentra normas, él, un autónomo que jamás ha trabajado para otros, que, por supuesto, sigue a su manera. Esto lo hace indetectable para la DEA. Y se mete de lleno en los problemas de la comunidad hispana, en la que antes jamás había reparado.
Vamos; que, por lo menos en esta película, la de los traficantes de drogas es una comunidad más, con sus reglas, pero que desea lo mismo que todos nosotros, y ya no es joderle la vida a los demás, excepto por el hecho de que trafican con drogas.
Hijo, trae plata a casa honradamente. Pero si no puede ser, trae plata de todos modos.
Una madre paisa colombiana a su hijo, miembro del cártel de Medellín
MULA (por mi colega Eastwood)
Año: 2018 USA.
Director: Clint Eastwood.
Protagonista: Clint Eastwood.
Un anciano de 90 años tiene un problema económico. Le ofrecen ser mula de una ruta de la droga y acepta; y eso le deriva apasar por ciertas situaciones en su vida.
Opinión:
Se trata de una película entretenida. Mi amigo, Clint, actúa correctamente. Y es un buen contador de historias.
Recomendación: 8
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